Valentino Rossi se prepara para salir a pista en el Circuit de Barcelona-Catalunya (Fotos: Gold & Goose)
El italiano tiene una explicación para el bajo rendimiento de la M1 en ciertos circuitos.
Mientras Maverick Viñales culpa a Michelin (y exculpa a la moto) de su décimo puesto en Jerez; Valentino Rossi, -que aseguraba estar “muy, muy triste” tras acabar octavo a 20 segundos del ganador Andrea Dovizioso
en el Circuit de Barcelona-Catalunya-, rehúye culpabilizar al suministrador de neumáticos, y en su lugar apunta a la concepción de la Yamaha YZR-M1 2017, que según él presenta ciertas carencias en determinadas circunstancias.
Rossi dice estar triste porque Montmeló es uno de sus circuitos favoritos. “Esperábamos hacer una buena carrera, porque el año fue una gran carrera y gané”, recuerda el italiano, que sin embargo se sincera sobre las dudas que ya tenía antes de comenzar: “Teníamos la pequeña preocupación de que podríamos sufrir aquí igual que en Jerez”, confiesa.
“Es muy extraño que las carreras que el año pasado gané hayan sido las dos peores”, reflexiona el nueve veces campeón del mundo, que asegura que probaron “muchas cosas diferentes” a lo largo del fin de semana.
“Pero nunca fuimos lo suficientemente rápidos, y la carrera ha sido muy, muy difícil”, manifiesta el 46, que tiene muy claro qué es lo que hace que tanto él como Viñales hayan sufrido tanto en los dos circuitos españoles:
“El problema principal es que la moto tiene más subviraje, lo que se convierte en un gran problema para el neumático trasero, sobre todo cuando hay poco agarre”, manifiesta ‘Il Dottore’, lo que sin duda explica que las peores carreras de las M1 2017 hayan llegado en circuitos con poco agarre como Jerez y Montmeló.
“Al final, el problema principal está en la tracción trasera, especialmente en la derecha, porque después de diez vueltas tenía muchos problemas y tuve que reducir mucho la velocidad”, explica Rossi.
“Lo intenté todo, pero era imposible salir rápido de las curvas”, prosigue, alegando que ya se dio cuenta del problema de subviraje en el primer test de noviembre en Valencia, pero que la motivación de Viñales en los test tapó el problema. “Empezó a ganar, todo parecía ir bien, y volver atrás siempre es horrible”, reflexiona el de Tavullia.
“A veces sufro más y a veces menos”, matiza, “pero hasta cuando he sido competitivo, como en Le Mans o en Mugello, el problema de delante ha sido constante”, revelando que ya hizo una petición a Yamaha en ese sentido tras la cita de Jerez.
También explica qué hace que la moto de 2016, que pilotan Johann Zarco y Jonas Folger en el Tech 3, sea superior a la versión de 2017 en Montmeló, como ya lo fue en Jerez: “La moto vieja tenía otros problemas, pero estresaba mucho menos la goma trasera y era más fácil de llevar. Y aquí, como en Jerez, han sido más rápido que nosotros”, justifica.
“Hemos perdido algo de paso por curva y velocidad de entrada en curva, que era nuestra esencia”, confiesa. “He pilotado la M1 durante muchos años y soy un buen piloto probador, y con esta moto es difícil cerrar las curvas”, insiste.
Sobre la situación del mundial, se lamenta de que le hayan superado dos pilotos en la general (Marc Márquez y Dani Pedrosa), cayendo hasta la quinta posición. “Pero estamos cinco pilotos en 28 puntos, e incluso (Johann) Zarco y (Jorge) Lorenzo no están muy lejos. Y sin la caída de Le Mans estaría cerca de Maverick. Es una temporada extraña, muy igualada. Tenemos que minimizar daños cuando las cosas van mal y aprovechar cuando vayan bien”, termina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario