ESA/NASA/SOHO/SDO/GSFC
El cometa Ison se acerca por la derecha (abajo) y sale por arriba volviéndose cada vez más débil en esta imagen en time-lapse
Después de varios días de observaciones continuas, los científicos siguen sin saber qué le ha ocurrido al cometa Ison después de su máximo acercamiento al Sol. ¿Ha sobrevivido algo realmente? Según los científicos, no hay duda de que el cometa se redujo considerablemente de tamaño cuando daba la vuelta al Astro rey y no hay duda de que algo salió disparado hacia el espacio después del acercamiento.
Pero la pregunta, dice la agencia espacial estadounidense en su web, sigue siendo si el punto brillante visto alejándose del Sol eran simplemente escombros, o si un pequeño núcleo de la bola de hielo original todavía estaba allí. Aunque así sea, reconocen los investigadores, es probable que el famoso cometa ahora no sea más que polvo.
El cometa Ison, que comenzó su viaje desde la Nube de Oort hace unos 3 millones de años, hizo su máxima aproximación al Sol el pasado 28 de noviembre. El cometa fue visible en los instrumentos de las sondas STEREO de la NASA y SOHO de NASA/ESA, en imágenes obtenidas por coronógrafos que bloquean el Sol y el espacio a una distancia considerable a su alrededor, a fin de observar mejor las estructuras difusas en la atmósfera solar, la corona.
Sin embargo, durante un período de varias horas, el cometa se mantuvo oculto en esas imágenes. Durante ese período de tiempo, el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA tampoco pudo ver el cometa, lo que llevó a muchos científicos a suponer que se había desintegrado por completo. Sin embargo, algo volvió a aparecer en los coronógrafos de SOHO y STEREO algún tiempo después, aunque era mucho menos brillante.
A la espera del Hubble
Si ese punto de luz no era más que una nube de polvo en vez de un cometa, o si todavía tenía un núcleo -una pequeña bola de su material original helado-, todavía no está claro. Parece probable que a partir del 1 de diciembre no quedara ningún núcleo. Los científicos seguirán los cambios de brillo para estimar si existe un núcleo o no, pero la mejor oportunidad de saberlo a ciencia cierta será cuando el telescopio espacial Hubble pueda observarlo dentro de algunos días.
El lunes, el astrofísico Karl Battams, experto en cometas que se acercan al Sol y participante en la campaña de seguimiento de Ison desarrollada por la NASA, escribía una especie de obituario del cometa en su blog. «Trágicamente, el 28 de noviembre... nuestra vela verde brillante en el viento solar comenzó a quemarse», decía a modo de despedida.
Independientemente de su destino, desde la NASA aseguran que el cometa Ison no ha decepcionado a los investigadores. «Durante el último año, observatorios de todo el mundo y en el espacio han reunido una de las mayores series de observaciones de cometas de todos los tiempos, que debe proporcionar datos para su estudio en los próximos años», explican. «El número de observaciones en tierra, en el espacio y de astrónomos aficionados no tiene precedentes, con doce medios espaciales de la NASA observándolo en el último año».
No hay comentarios:
Publicar un comentario