Aunque en España el ictus es la segunda causa de muerte, primera entre las mujeres, y afecta cada año a entre 120.000 y 130.000 personas, todavía un porcentaje importante de españoles desconoce cómo prevenir su aparición, cuáles son las señales de alarma o cómo actuar durante los primeros minutos tras el accidente cerebrovascular, según los resultados de dos estudios presentados en la LXV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN). El conocimiento sobre esta enfermedad es de vital importancia, ya que si el paciente es atendido en las primeras horas, la probabilidad de fallecer o quedar con una discapacidad grave se reduce a la mitad.
Si se controlan los factores de riesgo se puede evitar hasta el 80% de los casos de ictus, por eso desde la SEN recomiendan:
-Llevar una dieta rica y saludable, baja en sal y grasas.
-Realizar ejercicio moderado.
-Controlar el peso, la presión arterial, nivel de colesterol y azúcar en sangre.
-Abandonar el tabaco.
-Si se consume alcohol, hacerlo de forma moderada.
-Controlar el pulso regularmente. Si sientes palpitaciones fuertes y rápidas, sin haber realizado ninguna actividad física previa, es recomendable que acudas a tu médico.
«Queremos recordar que un solo síntoma de ictus es una urgencia, por lo que ante la primera sospecha es necesario llamar inmediatamente al 112 o al 061 y acudir rápidamente al neurólogo, aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos», advierte el doctor Jaime Gállego Culleré, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN. Actualmente, más de 300.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional tras haber sufrido este tipo de accidente cerebrovascular.
Para actuar con rapidez, es fundamental aprender a identificar los síntomas de un ictus:
-Pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
-Trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de «acorchamiento u hormigueo» de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
-Pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
-Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha.
-Dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
-Sensación de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior.
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