Verano, sol, calor, chiringuitos, terrazas, ventiladores a toda velocidad. Es el momento de tomarse una buena cerveza fresquita. Sin duda una de las bebidas más deseadas y consumidas en todo el
mundo. Pero la buena noticia es que no es necesario ir a un bar o pasarse por el supermercado para comprar algunas latas. La fabricación de cerveza es un proceso simple que puede se puede realizar en casa, no a nivel de producción, pero sí para consumo propio. Quién sabe si te sale una cerveza única y luego la puedes comercializar, vamos a probarlo. ¿Te apuntas? Para su elaboración tan solo se utilizan cuatro ingredientes: agua, cebada, lúpulo y levadura. ¡Nada más! La clave está en el proceso y la fermentación. Si bien es cierto que algunas personas se animan a experimentar con otros ingredientes para lograr sabores distintos. No hay normas al respecto. Es cuestión de probar y divertirse, pero sin llegar a la embriaguez, ya me entendéis. La cerveza casera es más saludable Vamos por partes. El agua utilizada debe ser pura, es decir, que tenga el menos cloro posible. La cebada se utiliza principalmente malteada, y en menor proporción tostada, puede sustituirse en pequeñas cantidades por arroz o trigo para conseguir distintas cualidades o estilos de cerveza. Del lúpulo se utiliza la flor de la planta para darle sabor y olor amargo a la preparación. Finalmente, la levadura como ya sabrás se alimenta de los azucares de la preparación convirtiéndolos en bióxido de carbono y alcohol. Por eso tiene graduación.
Salsa de tomate casera
Salsa de queso blanco
Batido de coco y vainilla
Gazpachuelo malagueño
No hay comentarios:
Publicar un comentario