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lunes, 30 de marzo de 2015

Un nuevo caso de infidelidad descubierto en la familia de Ricardo III

El estudio genético muestra evidencias de otra ruptura en el linaje masculino del rey británico
 Retrato de Ricardo III
Mientras Ricardo III descansa por fin en la catedral de Leicester, localidad en el centro de Inglaterra donde sus restos fueron encontrados en un aparcamiento en 2012, el estudio de su genoma sigue ofreciendo fascinantes descubrimientos sobre la vida de este rey inglés del siglo XV.
El pasado año, los investigadores encontraron evidencias de una infidelidad en el árbol genealógico del monarca muerto en combate. No es la única en la familia. Científicos de la Universidad de Leicester han anunciado recientemente una nueva cana al aire, una falsa paternidad, ya que la ruptura en el linaje se encuentra en la línea del cromosoma Y.
Ricardo III, último rey de la dinastía Plantagenet, que dio paso a los Tudor, es la primera figura histórica en el mundo en tener su genoma completo secuenciado. Hasta ahora, el análisis ha demostrado, por ejemplo, que el rey tenía los ojos azules y el pelo rubio (lo cual no coincide con la descripción que se solía hacer del mismo), y que padecía escoliosis. «La secuenciación del genoma de Ricardo III ya nos ha revelado mucho sobre él y sus antepasados. En diciembre de 2014 anunciamos pruebas de infidelidad en su árbol de familia», ha explicado Turi King, genetista de la Universidad de Leicester. Esa falta de coincidencia con el lado paterno no resultó una sorpresa, ya que investigaciones previas habían mostrado un índice de entre 1% y 2% de paternidad falsa por generación en la población general. Y los reyes no tienen por qué ser menos.
Como Ricardo III murió sin descendencia, la investigación genealógica tuvo que buscar a sus parientes vivos descendientes de su hermana. La investigación de los genes mitocondriales, heredados por vía materna, demostró que los restos, efectivamente, correspondían a los del rey inglés, pero algo no cuadraba en el ADN de la línea paterna. En algún momento entre los siglos XIV y XVIII, en las 19 generaciones que separan a Ricardo III de Henry Somerset, quinto duque de Beaufort, el ancestro común de la línea de los parientes masculinos vivos probados, alguna mujer de la familia cometió adulterio y tuvo un hijo con otro hombre fuera del matrimonio que hizo pasar como legítimo.
Los investigadores no saben dónde se produjo esa ruptura, pero esclarecerlo tiene implicaciones para la monarquía histórica y plantea cuestiones sobre la legitimidad de la sucesión. Para añadir complejidad al asunto, el genoma ha revelado otra falsa paternidad en la línea del cromosoma Y. Un nuevo misterio ha surgido.
La novedad ha sido dada a conocer con motivo de una exposición en el Museo de la Ciencia sobre Ricardo III, donde se puede ver una sección de su genoma y una copia del retrato que más se le asemeja.

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