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viernes, 3 de enero de 2014

Bicicletas eléctricas, una alternativa «real» para la movilidad

Sus características hacen de estos vehículos un medio de transporte eficiente, y no solo para movernos entre el tráfico de las grandes ciudades
Bicicletas eléctricas, una alternativa «real» para la movilidad
En nuestro país, se considera una bicicleta eléctrica a un vehículo con pedales que equipado con un motor eléctrico auxiliar de potencia nominal continua máxima de 0,25 kilovatios, cuya potencia disminuya progresivamente y que finalmente se interrumpa cuando la velocidad del vehículo alcance los 25 km/h, o antes si el ciclista deja de pedalear o frena.
 
En cierta medida se han convertido en una moda, pero también destacan por ser una de las alternativas de transporte más eficientes. Según Felipe Nespral, director de la web bicicletaselectricas365.com, la mayor parte de los desplazamientos que se realizan en las ciudades son de menos de 50 Km, y «en este tipo de recorridos, las bicicletas eléctricas son muy rentables, porque aunque para un comprador su precio pueda parecer elevado, su eficiencia las convierte en un medio natural».
Según Felipe existen varios perfiles de usuarios de este tipo de vehículos. En primer lugar los amantes del deporte. En segundo lugar las personas que las usan de forma ocasional, como por ejemplo, acudiendo a los sistemas de alquiler de bicicletas de las ciudades. Y también quien se la plantea como un sistema de transporte.
«Es útil tanto en la ciudad como en el campo, porque una bicicleta ecléctica, por ejemplo, la puede utilizar una persona amante de la naturaleza pero que no tiene la forma física suficiente como para hacer una ruta. Con una bicicleta eléctrica puede subir una cuesta sn problemas», nos cuenta.

Pese al crecimiento exponencial que han tenido las ventas de estos vehículos durante 2013 y las buenas perspectivas para el recién estrenado 2014, siguen existiendo muchas dudas acerca de su funcionamiento.
Las bicicletas eléctricas incorporan un Sistema de Pedaleo Asistido (también denominado P.A.S. o Pedelec). Este sistema se activa mediante un sensor que determina la fuerza de nuestro pedaleo, transmitiendo esta información a un motor para que éste ayude al avance de la bicicleta.
Cuando se deja de pedalear o se acciona el freno, el motor deja de funcionar. Algunos fabricantes montan en el manillar un acelerador que parece ofrecer ciertas ventajas, pero cuyo uso convierte nuestro vehículo en ciclomotor.
La energía es suministrada por una batería «que en muchos casos podemos extraer de la bicicleta, y que podemos cargar en cualquier enchufe corriente», nos aclaran desde bicicletaselectricas365.com. Normalmente necesitan un tiempo de carga de entre 2 y 8 horas dependiendo el modelo.
También dependiendo de nuestra elección, la velocidad máxima varía desde los reglamentarios 25Km/h hasta los 40Km/h, e incluso más. La autonomía también varía considerablemente según el tipo de batería instalada en la bicicleta, pues existen dispositivos de recarga cuando la bicicleta rueda.
Contamos actualmente en el mercado con bicicletas eléctricas capaces de sobrepasar los 140 Km, aunque la autonomía típica es de unos 35-60 Km..
Bicicletas eléctricas, una alternativa «real» para la movilidad
Si nuestra bicicleta eléctrica cumple con Directiva Europea 2002/24/CE, no se necesita permiso de conducción ni seguro, porque se rigen por las mismas directrices que las bicis convencionales. Por tanto podrás circular por carriles bicis, incluso circular por las aceras en aquellos lugares donde esté permitido.
En cuanto al uso del casco, según el artículo 47 del Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, los conductores y, en su caso, los ocupantes de bicicletas están obligados a su utilización en las vías interurbanas.
Uno de los pocos inconvenientes que tiene el uso de la bicicleta eléctrica en nuestros desplazamientos diarios es el robo.
Si se roban bicis convencionales, la posibilidad que los amigos de lo ajeno se fijen en nuestra bici eléctrica, un producto relativamente nuevo y atractivo, es bastante alta. Si no se dispone de un lugar seguro para dejarla la solución es una bicicleta eléctrica plegable.
Existen varios modelos de bicis eléctricas plegables en el mercado español con precios que oscilan entre los 700 y los 2.000 euros.
Además estos modelos suelen tener dimensiones más reducidas que las eléctricas convencionales por lo que son ideales para desplazarse por el casco antiguo, o por zonas con numerosos peatones en las que resulta más difícil maniobrar.
Las prestaciones que nos van a dar en la ciudad son muy similares a las no plegables, y tienen la ventaja de poder llevarlas a todas partes. Las bicis eléctricas plegables también son ideales para hacer turismo. En el maletero del coche, en tren o en avión, siempre va a tener más facilidad de transporte, y nos la podremos llevar prácticamente a cualquier parte.
Las bicis eléctricas están de moda y suponen una solución a los problemas de movilidad en las grandes ciudades. Es por ello que las marcas fabricantes de coches también han visto un nicho de mercado, y han puesto a sus ingenieros a trabajar para sacar al mercado productos muy competitivos.
Un ejemplo es Peugeot, que a través de Peugeot Cycles pretende consolidarse tanto en términos de movilidad urbana como de diseño.
El AE21, es el más reciente de los modelos de la gama Allure de bicicletas urbanas. Un vehículo que seduce por su diseño; urbano y divertido. Es ágil, compacta, práctica y aúna la simplicidad de uso con la elegancia. Gracias a un motor eléctrico implantado en su rueda delantera, la AE21 es perfecta para un uso urbano limpio, sin esfuerzo y sin ruido.
Se alimenta mediante una batería de iones de litio compacta con tecnología Plug-in integrada en el cuadro. Al ser desmontable, la batería puede recargase directamente en la bicicleta o sola, en el domicilio o la oficina.
Realizado en aluminio, el cuadro Clever Case permite alojar, además de la batería, una bolsa para el ordenador portátil así como un antirrobo plegable de calidad ABUS Bordo para garantizar su protección en un uso cotidiano.
Situados entre las piernas, el ordenador portátil y los documentos, quedan protegidos de posibles robos sin afectar al equilibrio de la bicicleta, muy dinámica en su conducción. Compacta gracias a sus pedales y manillar plegables, la AE21 se manipula fácilmente y puede guardarse contra un muro tanto en la calle como en el hogar.

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