Probamos el Opel Ampera, el eléctrico para usar sin miedo a quedarnos sin batería

Se trata de un eléctrico de autonomía extendida, y no de un híbrido a los que ya estamos acostumbrados, con acabados de calidad y una estética muy agradable

a.f. vergara/c. minguez
Logra una autonomía de más de 500 kilómetros

El Ampera consigue su propulsión, en todo momento, mediante un motor eléctrico.

 Cuando las baterías se han agotado, es decir, pasados unos 80 Km, según las condiciones, entra en funcionamiento un motor de gasolina, que lo que hace es de nuevo cargar las baterías. Con este motor, la autonomía llega hasta unos 500Km.

En carretera, el sistema de propulsión eléctrica Voltec del Ampera asegura unas buenas prestaciones con un par instantáneo de 370 Nm que permite una aceleración de 0 a 100 km/h en alrededor de 9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 161 km/h.

Como decíamos, es un coche eléctrico, así que, para sacar su mejor rendimiento en lo que a consumos e refiere, dispone de una toma de corriente que podemos enchufar en nuestro garaje, y mediante el cual logramos cargar totalmente las baterías en unas cuatro o cinco horas.

Este silencio es uno de sus grandes atractivos, y lo que hace que cuando la batería se va descargando, tengamos ganas de encontrar un enchufe lo antes posible para garantizarnos este tipo de conducción, sin necesidad de que entre en funcionamiento el motor de gasolina.

Pero además el coche es bonito y no se libra de las miradas de las personas que nos encontramos a nuestro paso. Su diseño aerodinámicamente eficiente contiene un habitáculo que reemplaza los relojes y agujas convencionales con pantallas en color de alta definición y funcionalidades táctiles, y unos acabados también muy agradables y perfectamente ajustados. Todo tecnología, también en cuanto a los sistemas multimedia y de ayuda a la conducción.