BESIII Collaboration
Utilizando el BEPCII, los científicos hicieron colisionar electrones y positrones a una energía de 4260 megaelectronvoltios (MeV), que corresponde a la masa de una partícula anómala llamada Y(4260) cuya naturaleza exacta aún no se ha determinado. A continuación estudiaron los productos de la desintegración de esta partícula mediante el experimento BESIII (Beijing Spectrometer), el principal detector del BEPCII en el que colaboran unos 350 físicos de 50 instituciones pertenecientes a 11 países.
Entre los subproductos de Y(4260), los físicos lograron observar por primera vez la partícula Zc(3900) la pasada primavera, a la que se une ahora la Zc(4020), compuesta también por cuatro quarks. En las desintegraciones apareció además una partícula eléctricamente neutra llamada X(3872), detectada experimentalmente por primera vez hace más de diez años y de la que se sospecha desde hace tiempo que podría estar formada por cuatro quarks. Sin embargo, esto último no ha podido confirmarse hasta ahora debido a que su carencia de carga eléctrica no ha permitido distinguir entre esta y otras posibles interpretaciones.
Nuevo tipo de materia
Según el coautor del nuevo estudio Frederick Harris, profesor de física y astronomía de la Universidad de Hawái en Manoa y portavoz del experimento BESIII, “mientras que durante mucho tiempo se ha sabido que los quarks se unen en grupos de dos o tres, estos resultados están abriendo rápidamente el camino a un nuevo tipo de materia de cuatro quarks que hasta ahora era esquiva”. “Los datos recogidos por la colaboración del BESIII continúan proporcionando una cadena de pistas sobre la naturaleza de los objetos multiquark”, añade.
“Hasta ahora, el año 2013 ha sido emocionante para el experimento BESIII”, opina Harris. “Usando las desintegraciones de Y(4260), ha comenzado a aparecer una familia de objetos de cuatro quarks. Aunque aún falta completar el esquema teórico, cada vez más pistas sugieren que estamos ante nuevas formas de materia. Y mientras emerge un nuevo ‘zoo’ de misteriosas partículas, parece que pronto tendremos a mano un nuevo sistema de clasificación para entenderlo”. Los físicos han enviado sus resultados a la revista Physical Review Letters.
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