A Sebastian Loeb hay pocas cosas que se le resistan cuando se sube a un bólido y agarra el volante. Su último desafío ha sido Pikes Peak, la subida en cuesta más famosa del mundo. 20 kilómetros y 156 curvas a una media de 145 kilómetros por hora y un registro de 8:13.878, pulverizando el crono de Rhys Millen, 9:46.164, logrado hace un año.
Para mí, ha sido la carrera del año", aseguró Loeb tras llegar a la meta situada a 4.300 metros de altitud, en las montañas Rocosas. "Al principio de la subida he sentido la presión, por supuesto, porque era muy consciente de la inversión, en todos los ámbitos, que han hecho Peugeot y nuestros patrocinadores. Pero, al final, tras todos los entrenamientos y la preparación, solo estábamos el coche y yo. El éxito dependía de mí".
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