la Política Pesquera Común (PPC), en la que incluyeron un calendario flexible de aplicación y exenciones de porcentajes mínimos.
El acuerdo, casi unánime, otorga a la Presidencia el mandato para negociar la futura política de descartes con el Parlamento Europeo, que por su parte ya adoptó este mes su postura, muy a favor de medidas drásticas para frenar la sobreexplotación.
Partiendo de la base de que todos los países apoyan prohibir los descartes para avanzar hacia una pesca más sostenible, el debate principal de la reunión se centró en el calendario de aplicación de la obligación de desembarcar toda la captura y en la “regla de minimis”, la aceptación de una cantidad limitada de descartes.
El ministro irlandés del ramo, Simon Coveney, señaló en una rueda de prensa al término del Consejo que la prohibición de los descartes se aplicará para las especies pelágicas a partir de 2014; en el mar Báltico, desde 2015; en los caladeros del noroeste y suroeste y en el mar del Norte, en 2016 y, en el Mediterráneo, en 2017.
Por lo que respecta a la regla “de minimis”, en el primer año de transición se aceptará un porcentaje de descartes de hasta el 9%, al igual que en el segundo, en tanto que se reducirá al 8% a partir del tercer año y, desde el quinto, se establecerá en el 7%.
La petición de más flexibilidad por parte de países como España chocaba frontalmente con la posición de estados como Alemania, Dinamarca o Austria, que pedían aplicar cuanto antes la prohibición. Precisamente, la idea de seguir admitiendo cierta cantidad de descartes ha hecho que Suecia no se sume al acuerdo, al considerar que “nos quedamos a medio camino” en el objetivo principal de eliminar los descartes.
Por su parte, la comisaria europea de Pesca, Maria Damanaki, aseguró ante los ministros que comprende “los problemas que van a afrontar algunos estados miembros, los ajustes por los que tendrán que pasar”, ya que “van a tener que trabajar con su flota para aplicar estos cambios muy radicales”.
No obstante, dejó claro que desde la Comisión “no vamos a abandonar nuestra flota, estamos aquí para ayudar y facilitar este ajuste”, y garantizó que habrá “medidas de acompañamiento” y “dinero suficiente” para poner en marcha cambios, por ejemplo, en el sistema de congelación del pescado en los buques
Sostenibilidad también en la comercialización
Alberto Gil es inspector de Sanidad de Torrelavega (Cantabria) y cree que la Unión Europea ha conseguido la normalización de la comercialización de productos pesqueros y mayor información para el consumidor.El reglamento (CE) nº 104/2000 del Consejo, de 17 de diciembre de 1999, establece la organización común de mercados en el sector de los productos de la pesca y de la acuicultura. Las disposiciones relativas a la organización común de mercados (OCM) de los productos de la pesca deben adaptarse a la evolución y a los cambios en las actividades del sector pesquero, con el fin de garantizar una gestión sostenible de los recursos marinos.
Es evidente que los consumidores hemos salido ganando con la organización común de mercados de la pesca porque hay un mayor control y más calidad en los productos. Esto es algo que puedo asegurar porque lo veo a diario en mi trabajo.Pedro Galache es jefe de unidad de coordinación de la Agencia de Pesca. Habla sobre el Reglamento (CE) nº 1224/2009 de 20 de noviembre de 2009 por el que se establece un régimen comunitario de control para garantizar el cumplimiento de las normas de la política pesquera común.
Este Reglamento busca garantizar que los recursos marinos sean sostenibles, por lo que combina diversos objetivos como la protección de la salud del consumidor, la protección del sector económico y la protección del medio ambiente. Esta gestión sostenible se ha conseguido con disposiciones en materia de control, de etiquetado y los regímenes de precios.
También se ha buscado tener una mayor calidad en los productos marinos, llevando a cabo una gestión sostenible en su comercialización.
Es decir, que los productos de la pesca tengan que cumplir con las categorías, pesos, embalajes, presentaciones y etiquetados. Los ciudadanos estamos informados gracias al etiquetado obligatorio, que debe incluir la denominación comercial, la identificación científica, las formas de captura, las formas de presentación, el peso neto y la identificación del primer expedidor.
Otro aspecto destacable de la normativa europea es asegurar la intervención de los agentes económicos mediante Organizaciones de Productores y Organizaciones Interprofesionales lo que permite a los productores tener un papel más activo ante las distintas administraciones.
La política pesquera es una de las políticas comunes de la Unión Europea. Eso implica que los pescadores europeos, cualquiera que sea su nacionalidad, pueden pescar y pueden vender sus productos en cualquier puerto de la Unión Europea. Lo que ocurre es que también dentro de la política pesquera existen unas normas comunes que deben de ser respetadas. Esas normas deben ser controladas por los estados miembro y también la Comisión controla que esas normas se aplican de manera correcta. Pero, claro, para una aplicación correcta de las normas y que haya una unidad de mercado, los pescadores tienen que estar sujetos a las mismas normas pero ser aplicadas de manera coherente para todos.
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