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sábado, 7 de junio de 2014

El español en EE.UU., pujante como el nivel adquisitivo de los hispanos

Estados Unidos
Nueve de cada diez de los que son padres o lo van a ser quieren que sus hijos sepan hablar español, aparte de ingles

Estados Unidos de América es una república federal constitucional compuesta por 50 estados y un distrito federal. La mayor parte del país se ubica en el centro de América del Norte entre los océanos Pacífico y el Atlántico, limita con Canadá al norte y con México al sur. El país también posee varios territorios en el mar Caribe y en el Pacífico.

El poder adquisitivo de los 52 millones de hispanos que viven en Estados Unidos ascendía el año pasado al billón de dólares y se prevé que llegue a 1,5 billones en 2015. De acuerdo con la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), que este fin de semana celebra su primer congreso, a medida que los hispanos pasan a integrar la gran clase media estadounidense, también hacen valer más su herencia cultural, lo que lleva a ver con «gran optimismo» el futuro del castellano en el segundo país del mundo con más hispanohablantes, después de México.
«Siempre se ha dicho que Estados Unidos es un cementerio de idiomas, pero en el caso del español no cabe ningún pesimismo», afirma Alberto Avendaño, miembro de la Academia y director de «El Tiempo Latino», semanario en español que edita «The Washington Post».
Esas buenas perspectivas vienen avaladas por un informe de Nielsen, que indica el 37 por ciento de los hispanos adultos que hablaban solo inglés cuando eran pequeños aprendieron luego suficiente español para ser ahora bilingües. Además, nueve de cada diez hispanos que son padres o lo van a ser quieren que sus hijos sepan hablar español, aparte de inglés. El 56 por ciento de los hispanos adultos habla primariamente español en casa y el 4 por ciento utiliza las dos lenguas por igual.
Esto da idea de un idioma vivo, cuyos hablantes también toman las riendas de aquello que hablan. El derecho a introducir formas propias, dentro de la unidad del español, centra precisamente la atención de este primer congreso de la ANLE, en el cuadragésimo aniversario de creación de esa entidad. «La presencia hispana y el español de los Estados Unidos: unidad en la diversidad» es el lema del encuentro, que se celebra en la Biblioteca del Congreso, auspiciada por su división hispánica. En el intervendrán ochenta ponentes, en su mayoría de universidades de Estados Unidos.

Asesor de Nixon

«No al “spanglish”, pero sí a los hispanounidismos», podría ser otra forma de expresar ese lema, según Luis Alberto Ambroggio, presidente de delegación de Washington de la ANLE. Ambroggio asesoró a la Casa Blanca de Richard Nixon en materia de asuntos hispanos, cuando estos apenas contaban, y ha visto cómo lo hispano ha ganado enorme importancia en las sucesivas presidencias.
Ambroggio destaca que la ANLE «no es una academia puritana, sino dinámica; aquí no se habla el español de México, de Perú o de cualquier otro país, sino el español de Estados Unidos». «Ciertamente me preocupa la invasión de palabras del inglés; tenemos que hablar bien el español y bien el inglés, no un «spanglish», pero hay que estar abierto a expresiones propias, que la RAE reconoce como hispanounidismos», añade.
Por su parte, Everette Larson, director de la división hispánica de la Biblioteca del Congreso destacó que esta se creó ya hace 75 años y que el fondo bibliográfico en español se compone de tres millones de volúmenes. Los primeros libros impresos en territorio que hoy es Estados Unidos lo fueron en castellano.

El castellano, en cifras

 

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