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lunes, 10 de marzo de 2014

El regalazo de Springsteen a Bailey: el príncipe y el mendigo


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Cuando en enero salta la noticia de que Bruce Springsteen decide integrar entre las canciones de High Hopes, su nuevo disco de nombre dickensiano, una versión de The Saints, uno de mis grupos preferidos de siempre, anoto el dato mirando de perfil, reviviendo el instante en que alguien se acerca a decirte que hay una chica a la que le gustas, porque lógicamente ella no va a acercarse a decírtelo.

Un flechazo parecido, como de primer amor, es este regalazo de Bruce Springsteen a Chris Bailey. El jefe está dando una lección de lo que es pasar un año tocando relajadamente, como si fuera una banda más. Lleva meses en ese plan, casi amateur. Y este grupo australiano, The Saints, que algunos nos habíamos tomado muy en serio pero del que estábamos convencidos que nunca iba a poder salir del underground, va y resucita en manos del boss no como un cover en directo, sino como versión oficial en un disco suyo, algo que es muy raro. Apenas ha incluido versiones Bruce en toda su dilatada carrera, y bien que podría haberlo hecho.
Estoy convencido de que Chris Bailey es el primer sorprendido de todo esto. Canciones enormes de rock & roll firmadas por él y su grupo The Saints hay a puñados. Sus dos primeros discos, I´m Stranded y Eternally Yours, no tienen ni un solo tema de relleno. Y con las perlas de los siguientes discos da para hacer un collar de los de Sotheby´s.
La mitad de la década de los ochenta, de donde extrae Bruce esta canción de Chris Bailey, es un terreno aún muy poco revisado. En concreto,  1986 fue un año glorioso, una de las mejores cosechas con diferencia de toda la historia del rock, al menos en EE.UU.  ”Just Like Fire Would” fue el primer single de su elepé All Fool´s Day de aquel año y entró a formar parte de una escena sin la que es imposible entender el fenómeno del rock americano en la actualidad. Bandas y artistas como Long Riders, Yo La Tengo, Tommy Keene, Giant Sand, Los Lobos, Joe Henry, REM, Blue Rodeo, Dream Syndicate, Paul Kelly & The Messengers, The Replacements, Lone Justice, Bo Deans, 10. 000 Maniacs y decenas más fueron empedrando el camino polvoriento por el que luego circularían con facilidad en las siguientes décadas los grupos de rock ya no preocupados por llenar estadios ni vender millones, sino solo por crear canciones de la manera más independiente posible. Aunque algunos de ellos terminaron llenando estadios y vendiendo millones.
 


Pero volviendo a High Hopes, me emociona esto de Bruce por algo tan prosaico como es ese sentimiento de que, en el fondo, uno no estaba tan equivocado al proclamar a los cuatro vientos su devoción por unos tipos como The Saints, que vienen de Australia -lugar al que nunca has ido-, que grabaron sus mejores discos en 1977-8 -tiempo que queda muy lejano-, y cuyos discos para Harvest guardas como un tesoro en fundas especiales, a la espera de que otra época pudiera llegar y Chris Bailey fuera por fin reconocido como lo que es, uno de los grandes de toda la historia del rock.
No creo que esto llegue a ocurrir nunca. Tampoco creo que Springsteen esté pretendiendo cambiar la historia, porque ésta ya ha sido escrita demasiadas veces. Pero el detalle que ha tenido con Chris Bailey es hermoso. Un regalazo que en su gira esté tocando “Just Like Fire Would”. La superestrella del rock versioneando al músico de punk rock que si no pide en el metro será de puro milagro, vistas las tiradas paupérrimas que tuvieron sus discos, difíciles por eso mismo de encontrar, y su escasa proyección. Como en aquella historia tan irónica y tan bonita que escribió ese genio llamado Mark Twain.
Podría decir algunas solemnes chorradas, como que The Saints fueron los arquitectos del punk. O que el shoegazing entendido como “me importa tu opinión una m.” cobró definición en su primer single de 1977, “I´m Stranded”. Aunque lo mejor será cuando los royalties de High Hopes de Springsteen le lleguen al correo a Chris. En el fondo, creo que lo que hay detrás de este regalazo es un homenaje al rock independiente (otra de las versiones incluidas en el disco es del dúo Suicide). No sé si Bruce lo ha pensado mucho, pero es una jugada maestra, que ni Bobby Fisher lo habría hecho major.

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