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viernes, 3 de enero de 2014

Los peces homosexuales, más atractivos para las hembras

Un estudio de la Royal Society británica determina que el comportamiento gay de los machos incrementa sus posibilidades de apareamiento con el sexo opuesto
Los peces homosexuales, más atractivos para las hembras
A. Azas
Un macho de poecilia mexicana se pavonea vistoso
Desde los humildes gusanos y las moscas, hasta las aves y los delfines. La tendencia homosexual en el reino animal constituye un fenómeno universal demostrado en prácticamente todas las especies.
 Lo que se desconocía hasta ahora es que el comportamiento homosexual entre los machos resulta fuertemente atractivo para las hembras, según se desprende de un reciente estudio publicado por la Royal Society británica.
A diferencia de lo que se pudiera pensar, el apareamiento entre animales del mismo sexo incrementa las posibilidades de que acaben manteniendo relaciones heterosexuales con algún otro miembro de su especie.
Generalmente, las hembras eligen a sus compañeros atendiendo a criterios sociales y vínculos que el macho establece con los seres que le rodean. De forma similar a lo que ocurre en las relaciones humanas, el que un animal sea deseado por varias compañeras de su entorno le hace siempre más atractivo y se repite prácticamente en todas las especies. No obstante, un experimento abordado con varios ejemplares del pez poecilia mexicana evidenció que aquellos que presentaban conductas homosexuales y resultaban más sugerentes entre los machos, también atraían a las hembras más que sus “colegas” heteros.
Para abordar la investigación, científicos del departamento de ecología y evolución de la Universidad de Frankfurt seleccionaron crías de esta variedad de peces recogidos en Tampico, en el norte de México, y posteriormente las mantuvieron durante un tiempo en un laboratorio a fin de que todos partiesen de una misma situación inicial. Los especialistas se centraron fundamentalmente en examinar la fertilización interna de esta especie vivípara, caracterizada por un promiscuo sistema de apareamiento y reproducción.

Pequeños y poco vistosos

Por lo general, el comportamiento homosexual se apreció regularmente en los ejemplares con un cuerpo pequeño y de color poco vistoso. El resto de los machos presentaban un tamaño mayor y una piel más colorida y llamativa, y se centraban en defender agresivamente los bancos de hembras, impidiendo que el resto de subordinados tuviera acceso a ellas.
“Ellas” mostraron en un principio una preferencia de apareamiento por los peces grandes, típicamente dominantes, obligando a los ejemplares pequeños y medianos, radicados en la periferia de los bancos, a explotar directamente el comportamiento homosexual como una estrategia para solicitar apareamiento consensual.
Tras numerosas pruebas en las que se mostraron vídeos con distintos ejemplares de peces de la misma especie interactuando entre sí los resultados del experimento demostraron que aquellos menos atractivos (por razón de su tamaño y color) dejaban de serlo en la medida en que comenzaban a interactuar con otros de su mismo sexo.

Distinguir a los gays

Por otro lado, se corroboró la tendencia de que los bancos de peces se forman en función de su sexo y que las hembras son perfectamente capaces de distinguir ente episodios homosexuales y heterosexuales.
Una vez que son conscientes de que se hallan ante un pez gay, su impresión inicial guiada por el aspecto físico de los peces dominantes quedará anulada por el comportamiento homosexual y los vínculos establecidos entre ellos, terminando en muchos casos en situaciones de bisexualidad.
En general, todas aquellas especies en las que la homosexualidad sólo se da en los machos como en algunas variedades de pájaros, la atracción femenina hacia sus compañeros gays deriva en bisexualidad, según sentencia este minucioso estudioso. Y es que, como decía el gran Woody Allen, la bisexualidad duplica las oportunidades de conseguir una cita un sábado por la noche.

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