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jueves, 5 de diciembre de 2013

El misterioso hexágono de Saturno, visto como nunca

Nuevas imágenes de la sonda Cassini pueden ayudar a esclarecer los orígenes de esta estructura de 30.000 km de longitud, una de las más enigmáticas del Sistema Solar
El misterioso hexágono de Saturno, visto como nunca
NASA
El hexágono de Saturno, en la última y mejor imagen en color de la sonda Cassini
El gigantesco hexágono de Saturno es una de las estructuras más misteriosas del Sistema Solar.

Situado en la atmósfera del polo norte del planeta, su origen todavía no ha sido esclarecido del todo. Lo que sí se sabe es que esta fortísima corriente de aire es gigantesca -30.000 km de longitud, en su centro caben cuatro Tierras- y responde a un patrón regular del círculos concéntricos, espirales y figuras serpenteantes. Además, es extraordinariamente longevo, ya que se conoce desde hace tres décadas. Ahora, la nave espacial Cassini de la NASA ha obtenido las imágenes en más alta resolución conseguidas hasta ahora de este raro fenómeno de seis lados.
Este es el primer vídeo del hexágono en utilizar filtros de color y que muestra una visión completa de la parte superior de Saturno a unos 70 grados de latitud. La imagen comprende aproximadamente 30.000 kilómetros de ancho. El hexágono es una corriente en chorro ondulante con los vientos de unos 300 kilómetros por hora, con una enorme tormenta que gira en el centro. No hay nada parecido en otro lugar del Sistema solar.

Siglos de duración

«El hexágono es solo una corriente de aire, y las características climáticas comparten similitudes con un sistema turbulento e inestable», explica Andrew Ingersoll, miembro del equipo de imágenes de Cassini en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena. «Normalmente, un huracán en la Tierra dura una semana, pero esto ha estado aquí durante décadas -y quién sabe- tal vez siglos».

Los patrones del clima en la Tierra se interrumpen cuando se encuentran con la fricción de las formas terrestres o de las capas de hielo. Los científicos sospechan que la estabilidad del hexágono tiene algo que ver con la falta de accidentes geográficos sólidos en Saturno, que esencialmente es una gigantesca bola de gas.
Estas estupendas imágenes del hexágono son posibles porque el Sol comenzó a iluminar su interior a finales de 2012. Cassini capturó imágenes del hexágono en un lapso de tiempo de diez horas con cámaras de alta resolución, dando a los científicos una buena oportunidad para observar el movimiento de las estructuras de nubes en su interior.
De esta forma, pudieron ver la tormenta y pequeños vórtices que giran en la dirección opuesta del hexágono. Algunos de los vórtices son arrastrados junto con la corriente de chorro como si estuvieran en una pista de carreras. El mayor de estos vórtices se extiende por alrededor de 3.500 kilómetros, aproximadamente el doble del tamaño del mayor huracán registrado en la Tierra.
Los científicos analizaron estas imágenes en falso color, un método de representación que hace que sea más fácil distinguir las diferencias entre los tipos de partículas en suspensión en la atmósfera -partículas relativamente pequeñas que forman la neblina- dentro y fuera del hexágono.
«En el interior del hexágono, hay menos grandes partículas de neblina y una concentración de pequeñas partículas, mientras que fuera del hexágono ocurre todo lo contrario», apunta Kunio Sayanagi , del equipo de imagen de Cassini en la Universidad de Hampton, Virginia. «La corriente en chorro hexagonal está actuando como una barrera, que se traduce en algo así como el agujero de ozono antártico de la Tierra».

Solsticio de verano en 2017

El agujero de ozono de la Antártida se forma dentro de una región delimitada por una corriente en chorro con similitudes con el hexágono. Las condiciones invernales permiten que los procesos químicos que destruyen el ozono se produzcan, y la corriente en chorro impide un reabastecimiento de ozono desde el exterior. En Saturno, las grandes partículas no pueden cruzar la corriente en chorro hexagonal desde el exterior, y las partículas de gran tamaño se crean cuando la luz del Sol brilla en la atmósfera. Solo recientemente, con el inicio de la primavera del hemisferio norte de Saturno en agosto de 2009, la luz solar comenzó a bañar el el hemisferio norte del planeta.
«A medida que nos acercamos solsticio de verano de Saturno en 2017, las condiciones de iluminación en su polo norte van a mejorar, y estamos emocionados de realizar un seguimiento de los cambios que se producen tanto dentro como fuera de los límites del hexágono», afirma Scott Edgington, subdirector científico del proyecto Cassini en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California
 
Nuevas imágenes del misterioso hexágono de Saturno
La sonda Cassini capta con detalle la extraña estructura, del tamaño de cuatro Tierras
Nuevas imágenes del misterioso hexágono de Saturno
NASA
El misterioso hexágono de Saturno
La cámara gran angular de la sonda Cassini de la NASA ha capturado una nueva imagen de una de las estructuras más misteriosas del Sistema Solar, el gigantesco hexágono de la atmósfera del polo norte de Saturno, cuyo origen aún no ha sido esclarecido del todo por los científicos. De 25.000 km de longitud -en su interior caben cuatro Tierras-, el fenómeno pudo ser fotografiado por la nave cuando estaba situada a 649.000 kilómetros del planeta aprovechando la llegada de la primavera en el gigante anillado, que ilumina la zona con luz solar y la rescata de la penumbra de un larguísimo invierno.

El extraño fenómeno fue descubierto hace casi tres décadas, cuando las sondas Voyager pasaban cerca de Saturno. La misteriosa forma hexagonal sorprendió a los científicos, que fueron incapaces de esclarecer qué era. Además, las naves no tuvieron mucho tiempo para poder obtener buenas imágenes. Hubo que esperar hasta el año 2009, en un sobrevuelo de la Cassini, que explora Júpiter y Saturno desde 2004, para observar el hexágono con detalle.

Extremadamente longevo

Los investigadores creen que la estructura se ha formado por una fuerte corriente que hace que las nubes adopten ese curiosísimo patrón regular de círculos concéntricos, espirales, figuras serpenteantes. Además de sus extrañas formas, la estructura sorprende por su longevidad, especialmente si se tiene en cuenta que los fenómenos meteorológicos en la Tierra no duran más que algunas semanas.

El misterioso hexágono tiene un diámetro gigantesco de cuatro veces el de nuestro planeta, el doble de lo que se creía hace unos años, y la fuerte corriente que lo sostiene se cree que circula en su interior a unos cien metros por segundo.

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