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lunes, 11 de noviembre de 2013

Viñales, un rebelde con causa perfil MARCA del campeón del mundo de Moto3

Maverick ha pasado en un año de protagonizar una sonada espantada a ganar el Mundial, en una exhibición de gallardía

Viñales, un rebelde con causa
Lo ha tenido que explicar mil veces. Y las que le quedan. Se llama Maverick porque a su padre, Ángel, le encantó la película Top Gun. Estaba destinado a ser piloto, pero no de aviones. Su progenitor es clave en su vida. Su madre le abandonó muy pronto y él se hizo cargo para encaminarlo hacia las motos en Roses.


Fue un talento muy precoz. Casi tanto como Marc Márquez a quien, por cierto, ganaba. Ganó las mejores categorías de promoción y hasta fue campeón de España y de Europa en 125 con 15 años. Por eso debutó con la edad mínima (16) en el Mundial. Impresionó en su primer año. Ganó en su cuarta carrera tras batir en un duelo hasta la última curva a Terol, que luego sería el campeón.
El hecho de vencer cuatro pruebas hizo que en 2012 partiera como favorito. Esa presión se agudizó al arrasar en pretemporada. Sin embargo, todo fue mal. Varios fallos mecánicos y una Honda que no progresó frente a la KTM hicieron que diera la espantada más sonada del Mundial. En Malasia se hartó y se fue a casa. Le convencieron para volver, pero él tenía claro que mucho tenía que cambiar para 2013.
Sin embargo, tenía firmado un contrato con su equipo, Avintia. Su mánager de toda la vida, Ricard Jove, lo arregló para que ellos aceptaran que quien pagara 500.000 euros lograra su libertad. Apareció Jaime Fernández-Avilés, dueño de LaGlisse, con una KTM. Iban a entrar en el certamen y lo apostaron todo a él. "Parecía el fichaje de Cristiano Ronaldo. Nunca dudamos de él", dice Pablo Nieto, hijo del 12+1 y director deportivo de una escuadra que contaba con éxitos en el CEV.
Todo fue cambiando en 2013. Dejó a Jové y contrató como mánager al director de equipo de Salom, Aki Ajo. También dejó de viajar con su padre para hacerlo con su novia Mari Carmen, cuyo nombre lleva tatuado y a la que le dedicó su título ayer.
La clave del cambio fue su nueva escuadra, el Team Calvo, antiguo LaGlisse. Pasó de cabreos continuos a la serenidad. "Le hemos sabido dar lo que necesitaba. Es un chaval y siempre ha tenido mucha presión sal ir como favorito. Le hicimos ver que estaba en una familia. Cada vez que quedaba segundo o tercero le felicitaba igual. Eso da tranquilidad a un piloto y se nota", certifica Pablo Nieto.
El gerundense lo corrobora: "El año pasado fue duro y éste, al comienzo, también. Necesitaba subir el nivel. Este equipo me ha ayudado mucho. Quería una KTM. Nos han dado la mejor moto. No me imaginaba que estarían a la altura de un equipo de Repsol o de Red Bull. Las pegatinas no dicen nada. Tiene que ser el talento humano de las personas, y me han demostrado que son un equipazo".
Hay otra persona clave para Mack, su apodo de siempre: su primo hermano Isaac Viñales. Se entrenan juntos y se dan consejos. Ahora, Isaac ha fichado por Gresini y tendrá en 2014 una KTM. "Hay que desearle que ocupe mi lugar el año que viene", valora.
Él, mientras, se irá con Sito Pons a Moto2. "Esto es otra película. Seremos los pequeños del corral. Tendré que aprovecharme de la experiencia del equipo. La expectativa, al principio, es aprender, pero ahí llegó Márquez y estuvo ganando desde la tercera carrera".

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