Brandt pensó que este ecosistema, uno de los más duros del planeta, con temperaturas de hasta sesenta grados y agua extremadamente alcalina, era tan especial como para formar parte de su libro «A través de una tierra devastada». Tomó los cadáveres de las aves, y los puso sobre una rama de un árbol, por ejemplo, tal como hubieran podido estar en el caso de seguir vivas... Y así las fotografió.
«Nadie sabe con certeza la forma en que murieron -ha dicho el fotógrafo-, pero parece que el extraño reflejo que produce la superficie del lago los confunde, y como pájaros estrellándose contra un vidrio, sucede lo mismo, ellos se estrellan contra el lago».
La obra de Brand puede verse en su web. En cuanto al libro Across the Ravaged Land, se trata del tercer y último volumen dedicado a la desaparición de animales y paisajes en el Este de África. Hasta el 5 de noviembre, todas esas fotos también pueden verse en una exposición en Nueva York, en la Hasted Kraeutler Gallery.
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