Mientras los primeras espadas dirimen el título mundial, cunde otra secuencia en la Fórmula 1. La formación de la parrilla para 2014.
Fichajes, movimientos, salidas, entradas y demás añadidos siempre pendientes del dinero que pongan encima de la mesa los patrocinadores. Pero al margen de dólares, el único motor que mueve la F1, una pieza anda suelta por el paddock. Es Kimi Raikkonen, el punto nuclear de esta historia.
Unos cuantos equipos siguen a la espera de la decisión que adopte el finlandés. Puede quedarse en Lotus, desplazar sus bártulos a otro equipo o volver a dejar la F1. La sentencia va para largo, dicen los que le conocen. Siempre imprevisible en sus reacciones, Raikkonen pretende al parecer un aval financiero de parte de los propietarios de Lotus que le garantice su sueldo millonario. Hace meses tuvo retrasos en los cobros y no quiere zozobras para su bolsillo.
Según dice su mánager, ha rechazado la oferta de Red Bull, y en los mentideros se habla, sin saber de dónde proviene la historia, de una posible vuelta a Ferrari. Se hace difícil esta opción, sin embargo. En Ferrari manda Alonso y Raikkonen parece otro gallo para el corral.
En cualquier caso, todo el mundo está pendiente de la última palabra del finlandés, que, no olvidemos, ya se retiró de la F1 cuando Ferrari lo despidió para hacer sitio a Alonso.
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