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domingo, 4 de agosto de 2013

La primera película de Hitchcock revela el genio prematuro del maestro del suspense

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Recientemente restaurada, «The pleasure garden» (1925) narra la historia de dos coristas con delicados movimientos de cámara

Fotograma de «The pleasure garden»


De las obsesiones cinematográficas de Alfred Hitchcock, el movimiento es una de las principales. Mantiene el foco en los cuerpos en movimiento con instinto coreográfico, para mostrarnos la pasión y la naturaleza frágil de la cordura. Así lo desvela la página web del diario norteamericano «The Washington Post». Según la publicación, en una reciente restauración del primer filme de Hitchcock, «The Pleasure Garden» (El jardín de la alegría) -un largometraje mudo de 1925-, podemos ver los orígenes de esa fascinación. Todo empezó con los bailarines.
«The Pleasure Garden», que se proyectará este domingo en la National Gallery of Art, es una historia de avaricia, traición y asesinato protagonizada por dos jóvenes coristas. Mientras una se convierte en una estrella, la otra permanece en el anonimato porque muestra menos sus piernas al bailar. Su amistad se enfría cuando Jill, la estrella, se enamora de un príncipe y abandona a su novio, mientras la sacrificada e ingenua Patsy se casa con un conspirador sin escrúpulos y enajenado. La acción avanza entre Londres, el lago Como y Dakar, donde Patsy se enfrenta a una batalla para salvar su vida.

Un filme teatral

Maestro del suspense incluso en los albores de su carrera, Hitchcock aporta camaradería, glamour y escalofriantes escenas de los clubes nocturnos londinenses. Todo ello sin torcer la columna vertebral del film, marcada por una valiente y profunda heroína.

«Lo que cualquier corista sabe», reza uno de los intertítulos, a continuación del cual aparece una bailarina lavando a mano sus mallas. No sorprende que el director inglés dedicase una secuencia especial a las bailarinas, pero sí su lenguje no verbal, la precisión de los gestos aislados, propios de un espectáculo de danza teatral.
Hitchcock pone a sus actores en movimiento con una fuerza simple, directa y emotiva. Es el caso de Cary Grant huyendo de la muerte en «North by Northwest», o la vertiginosa armonía de su beso con Ingrid Bergman en «Notorious» mientras la cámara los rodea.
La cinta de «The Pleasure Garden» fue restaurada en tres años por el British Film Institute National Archive, junto a otras ocho películas mudas del maestro. Producidos entre 1925 y 1929, los films han sufrido daños fruto de los cambios de temperatura experimentados durante años. Ahora, limpios y reconstruidos, los nueve se embarcarán en una gira internacional.
De los nueve, «The Pleasure Garden» tiene un significado especial porque demuestra que, sorprendentemente, la semilla de muchos de los dones de Hictchcock despertaron en los inicios de su carrera: su amor por el movimiento, su afición por el voyeurismo y los binoculares... retratan a un Hitchcock casi maduro con 26 años.

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