Sigue siendo la asignatura pendiente, una de las más visibles, en cuanto a la vida urbana con perro.
Moverse en Madrid con un can -si tienes que desplazarte más lejos de lo que puedas hacer andando-
es un dolor de cabeza para la mayoría. Sólo si tu perro es pequeño y cabe en un transportín que puedas llevar sin deslomarte podrás subir en los transportes públicos para desplazarte por la ciudad. Los demás pueden... ir en taxi o ir andando.
De ahí que periódicamente se organicen quedadas en Madrid para pedir que cambie la situación (la siguiente, por cierto, es el 26 de mayo en la Puerta del Sol)
Aquí podéis ver imágenes de alguna de las anteriores quedadas. La mejor es la protagonizada por nuestro amigo Brutus, ese gran chihuahua: se solidarizó con la cuestión y eso que él sí puede viajar en transporte público.
Peligrosísimo, ¿verdad? Como la quedada pasó cerca del Congreso, fue escoltada, custodiada y vigilada por la policía...
Pero volvemos al asunto de los transportes. Estas son las normas en Madrid:
Metro de Madrid
Se permitirá el acceso con pequeños animales domésticos, siempre que vayan transportados en receptáculos idóneos y no resulten peligrosos ni molestos por su forma, volumen, ruido y olor para el resto de viajeros.
El personal de Metro de Madrid será quien valore, según su prudencial criterio, el peligro o molestia que en cada caso suponga el animal o receptáculo de transporte, tal y como se viene haciendo con cualesquiera equipajes, objetos o bultos.
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EMT
No se puede viajar con animales en los autobuses de la EMT, salvo perros guía en el caso de personas invidentes, o sus adiestradores, o pequeños animales domésticos, siempre y cuando los mismos sean transportados por sus dueños en receptáculos idóneos, y no produzcan molestias por su olor o ruido, o en general al confort de los restantes viajeros.
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En resumen, el tamaño importa y mucho. La educación, poco.
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