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lunes, 10 de junio de 2013

Vettel ya atemoriza

FÓRMULA 1 | GP Canadá

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    De izda a dcha: Fernando Alonso, Sebastian Vettel y Lewis Hamilton. | AFP
    De izda a dcha: Fernando Alonso, Sebastian Vettel y Lewis Hamilton. | AFP
    El Red Bull gana con rotundidad en Montreal mientras Alonso remonta desde
    la sexta posición hasta la segunda; Hamilton fue tercero

  • El alemán se distancia en 36 puntos del ferrarista
  • Sebastian Vettel acelera y Fernando Alonso se defiende con remontadas como la de Canadá, de la sexta plaza a la segunda posición. Podio sabroso, aunque el triunfo haga al actual campeón más líder. El alemán ganó sin discusión en el parque de Montreal, mientras al español el pan le costó casi dos horas de sufrimiento. [Narración y clasificación]
    La contabilidad es mentirosa en la Fórmula 1, también las sensaciones. Fernando Alonso está firmando su mejor arranque desde que llegó a Ferrari. Nunca fue tan rápido en los tres años anteriores, ni nunca sumó tantos puntos. Acumula 96, con cuatro podios en siete carreras. Una media notable, de título quizá, siempre que tu directo rival no vuele por el Mundial. Tan buenas cifras, tan buen ánimo de su coche se traducen nubes en la general, demasiado lejos del líder. Hoy un poco más que ayer, porque la carrera de Canadá permitió a Sebastian Vettel estirar un poco más su ventaja. Ahora 36, distancia considerable. ¿Alarma en Ferrari? No todavía, con mucho calendario por recorrer, pero obligados, eso sí, a cambiar la tendencia de inmediato. Si no, el asalto al título en otoño será un imposible.
    Alonso circula con regularidad y ambición. Encadena carreras excelentes, como la de ayer, donde remontó desde la sexta posición hasta la segunda, o como en Montmeló, semanas atrás, ganando desde la quinta plaza, pero el furioso ritmo de Vettel, impecable, le tiene con la lengua fuera, obligado a seguir viviendo en la eterna remontada en la que se ha convertido su carrera en la Fórmula 1 desde que llegó a Ferrari, siempre sudando, siempre obligado a los malabares, incluso en el año que parecía contar con mejor montura. Tiene músculo el F138, pero su rival sigue siendo de primerísimo nivel, a pesar de los problemas que han denunciado en Red Bull.
    Nunca protestó tanto la escudería energética, a la contra con los neumáticos de este año, pero su rendimiento está siendo incontestable, con cinco podios en siete grandes premios, de ellos, tres victorias. Una cadencia poderosísima, cuando todos esperaban el bajonazo de los chicos de azul marino. Sólo en 2011 firmó mejor inicio de campeonato Vettel.
    En Montreal volvió a firmar una carrera de catálogo: salida limpia, pedal a fondo sin rivales en el horizonte y a mirar los retrovisores. Tan fácil, tan desesperante para el resto. Domingo a domingo, mientras protestaba a Pirelli por las ruedas, Red Bull ha ido afinando su monoplaza, robusto ahora en lluvia y al sol, como en esta ocasión. Sin degradación en los primeros giros, ahí se escapó del resto. Enlazó vueltas rápidas con comodidad, en una pista antipática para él hasta ayer, sin victorias en su historia. Canadá cayó también a su dominio, imparable el campeón, que miraría ya de reojo a su cuarto título mundial si no fuera por la sombra roja que le persigue aunque sea en la distancia, que le acosará al mínimo error y que sólo parará cuando las matemáticas lo dicten, no antes.
    Tras los problemas de Montecarlo, Alonso dibujó otra escalada de tesón y temple para alternar el zarpazo con el trote intenso, el adelantamiento con la presión. Además, el español tuvo que superar el hándicap de una salida sin pérdidas ni ganancias, donde logró colocarse a rebufo del inesperado Valtteri Bottas, que se defendió apenas una vuelta con su Williams, mientras Hamilton, Rosberg y Webber partían siguiendo la estela de Vettel, primero de principio a fin.
    El asturiano tardó 30 vueltas en llegar al grupo perseguidor del líder, mejorando una vez colocó el compuesto más duro, tras sufrir con el superblando. Aunque la temperatura era agradable, su Ferrari tardó en coger color. Cuando lo hizo, eso sí, fue como un tiro. A Rosberg le pasó en el segundo tramo de activación del DRS, y en la vuelta 42 se deshizo de Webber. A esas alturas marcaba los mejores giros del día, con Hamilton ya en la mirilla. Le recortó 14 segundos y se le echó en el tramo final, con el Mercedes temblando. Hubo pelea con su enemigo íntimo, pero el inglés no pudo resistir el impulso de Alonso, lanzado a por un segundo puesto con, según sus palabras, sabor 'a victoria'.
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