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martes, 4 de junio de 2013

Aprende a limpiar tu piel

Los nuevos productos no sólo borran las huellas de cremas, sino también toxinas, polvo y contaminación
Las aguas micelares, una solución rápida para el lavado.
Las aguas micelares, una solución rápida para el lavado.

Fórmulas a medida
  • Piel seca. Las leches limpiadoras, que se aplican con un disco de algodón, son suaves y ayudan a aliviar la sensación de tirantez que distingue este tipo de piel. También resultan muy indicadas para las frágiles o maduras.


  • Piel grasa. Los geles purificantes y las emulsiones, que se aclaran con agua tibia para no alterar el pH de la piel, eliminan las impurezas y el exceso del sebo en los rostros con tendencia al acné y los poros dilatados. "Aunque parezca una contradicción, los aceites limpiadores satinados y no grasos, que se suelen transformar en leche en contacto con el agua, funcionan muy bien en este tipo de pieles, sobre todo si se maquillan", apunta la esteticista Marta García.
  • Piel mixta. Los aceites no grasos la dejan suave, limpia y con la sensación de estar perfectamente hidratada. Se pueden usar sobre la piel húmeda o seca y, al masajearlos, cambian de textura para convertirse en un fluido muy agradable de usar.
  • Piel sensible. Las mousses y las aguas micelares respetan su delicadeza.

Las nuevas texturas de los productos para la limpieza de la piel, más multifuncionales y hedonistas, no se limitan a borrar las huellas de cremas, máscaras de pestañas y pintalabios; eliminan también los rastros de toxinas, polvo, tabaco y contaminación. La suciedad que se aprecia en un disco de algodón al pasarlo por la cara por la noche, aunque no se haya utilizado ni una gota de maquillaje, habla por sí sola.

La doctora Nadine Pernodet, directora ejecutiva de biología de la piel de Estée Lauder, alerta de que "muchos limpiadores y jabones son demasiado agresivos para la piel y pueden causar irritación, lo que provoca la aparición de signos prematuros de envejecimiento". Por eso hay que estar atentos a las fórmulas.

Las aguas micelares, sin aclarado, son una solución rápida. "Contienen micelas, unas partículas que atrapan la suciedad por su estructura bipolar", explica Marta García, esteticista y directora de seleccioncosmetica.com, una boutique online especializada en marcas de culto. "Es el limpiador adecuado para las pieles sensibles y que no se maquillan", puntualiza.

Las toallitas impregnadas son otra opción exprés. Resultan prácticas para ir de viaje, salir del paso o para usar de vez en cuando, pero se quedan cortas para la limpieza diaria.

Algunas sombras y máscaras de pestañas resistentes al agua requieren desmaquillantes de ojos específicos para no dejar rastro. Los bifásicos dan muy buen resultado.

Para una limpieza a fondo, es importante no saltarse el tónico, que se aplica después de la limpiadora y antes del tratamiento. Algunos tienen una suave acción exfoliante que ayuda a eliminar las células muertas y aumentar la luminosidad de la piel. Los aparatos de uso doméstico son la revolución para renovar y optimizar la limpieza. Se trata de cepillos con distintas tecnologías que eliminan en un minuto seis veces más impurezas que la limpieza manual.

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