Prohibido llamar «Napoleón» a los cerdos y otras nueve leyes europeas ridículas(Curiosidades y Consejos)

 Muchos de los países europeos tienen entre sus leyes normativas absurdas que siguen en vigor hoy en día

 

El país con las galletas de mantequilla más famosas del mundo tiene una legislación de tráfico de lo más curiosa. Algunas de sus normas de circulación sorprenden por la lógica que implican, como por ejemplo la prohibición de poner en marcha el vehículo si hay alguien debajo de él.

Y aún hay más. Otra disposición sostiene que sólo es obligatorio señalar con un triángulo reflectante la posición del vehículo si éste se ha calado. Las averías o incidencias diferentes a la indicada no cuentan con ninguna imposición que exija el uso del triángulo.

Las diez leyes europeas más ridículas
Muchos de los países europeos tienen entre sus leyes normativas absurdas que siguen en vigor hoy en día

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1Dinamarca y el tráfico

Consejos y curiosidades para conducir por Europa

Aunque todos sabemos que en Inglaterra conducen «por el otro lado» cada país tiene unas características especiales que hacen que los conductores se comporten de una u otra manera. Desde los «civilizados» alemanes a los «temperamentales» italianos

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1Los portugueses se transforman dentro del coche

 

Seis carriles de acceso a Lisboa a través del puente

Es conocida la transformación de los portugueses dentro del coche. Su fama de tranquilos y educados se pierde cuando están ante el volante, ya sean hombres o mujeres. Incluso el portugués más pacífico cambia al dirigir su vehículo, una de las cosas a la que se da mucha importancia en el país vecino, donde es muy alto el número de mercedes y otras marcas de alta gama.

Desde Lisboa nos cuenta Belén Rodrígo que en la autopista conducen mucho por el carril de la izquierda, por lo que normalmente el de la derecha va vacío. Se acercan excesivamente al coche que pretenden adelantar pero milagrosamente se evitan casi siempre los accidentes. También es conocida su tendencia a ir por medio de los carriles para acortar las curvas en las carreteras, siempre que no vengan coches por el otro lado, evidentemente, aunque no deja de ser arriesgado. En algunas ocasiones se puede hasta afirmar que tienen la extraña habilidad de hacer tres carriles donde solo hay dos.

En la ciudad vale todo. Si la calle está embotellada un coche da media vuelta y nadie se queja porque unos metros adelante el resto pueden hacer lo mismo. Se permite demasiado a los conductores, quienes a su vez paran en medio de una calle para dejar pasar a alguien sin que haya paso de cebra. Los peatones cruzan con frecuencia por medio de las calles, puede que porque se lo permitan los que están al volante. Y curiosamente utilizan muy poco la bocina.