El primer taquillazo del año no para de generar controversia entre sus propios protagonistas. Si hace unos días saltaba la noticia de que Sam Taylor-Johnson, su directora, estaba pensando en renunciar a dirigir las dos películas restantes de la trilogía, ahora es Jamie Dornan, Christian Grey en la pantalla, quien está en el punto de mira por su posible abandono.
La noticia de su marcha la daba la publicación australiana NM: Dornan estaba planteándose abandonar la franquicia debido supuestamente al disgusto de su mujer, Amelia, por las numerosas escenas subidas de tono que protagoniza su esposo junto a Dakota Johnson.
Sin embargo, un representante del actor ha negado estas informaciones: «Todas las noticias que están apareciendo en la prensa son puras conjeturas y el estudio no se ha comprometido aún a producir la secuela», apuntaba a la revista E!.
Escenas incómodas
El que se ha convertido en el primer taquillazo de la temporada, con 360 millones de euros recaudados en diez días a lo largo y ancho del mundo, está plagado de escenas polémicas, de elevado contenido sexual, que plantearon problemas en el rodaje y también a la hora de evaluar la cinta.El propio Dornan contaba antes del estreno que su mujer no había visto la película: «No creo que la vea, para ser honesto. Entendería que no quisiera», confesó.
Para Dakota Johnson, la protagonista femenina, tampoco resulta fácil mostrar el resultado de su trabajo a sus padres Melanie Griffith y Don Johnson o, por descontado, a su hermanastra Stella del Carmen: «No quiero que mi familia vea la película, porque no es apropiado. O los amigos de mi hermano, con los que crecí». Y luego bromeaba: «Incluso hay una parte de me que no quiere que la vea nadie».
El control de E.L. James
Por el momento parece que la anunciada trilogía de «Cincuenta sombras de Grey» mantiene a sus dos protagonistas, pese a las malas críticas cosechadas por la primera parte. La que no estará muy probablemente en «Cincuenta sombras aún más oscuras», segunda parte de la saga, será la directora Sam Taylor-Johnson, quien admitió problemas durante el rodaje con la intromisión de E.L. James, la autora de los libros, quien posee el control creativo sobre la franquicia.En la grabación, Taylor-Johnson insistía en reforzar la historia de amor frente al morbo y elminó la escena más polémica de la novela. A cambio, James impuso su final. Hace unos días supimos que E.L. James quiere ir un paso más allá: la novelista negocia con Universal Pictures para asumir la escritura del guión de la nueva entrega. Un cambio de planes que no acaba de convencer al estudio y que podría estar retrasando toda la trilogía.
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