El chal fue pasando a partir de ese día de generación en generación hasta que, en 2007, Edwards lo adquirió en una subasta a cambio de un considerable desembolso económico. Intrigado, y suponiendo que la prenda podía contener restos biológicos del asesino, el escritor envió la prenda a un laboratorio para que investigaran los posibles restos biológicos que pudieran encontrarse en él. La respuesta no pudo ser más satisfactoria: la prueba no se había lavado nunca y contenía sangre y semen de Jack el Destripador.
Tras extraer una muestra de ADN, ésta se cotejó con la de varios descendientes de la gran lista de sospechosos de 1888 guardada por la policía inglesa. Casi de forma increíble, se halló una coincidencia genética con
Aaron Kosminski, un joven polaco de 23 años que, por entonces, fue acusado durante la investigación realizada en el siglo XIX, pero que, finalmente, quedó libre debido a la escasez de pruebas. Jack el Destripador había hecho su aparición, aunque las críticas contra estos test se generalizaron.
Para lograr este objetivo, se debe seguir un protocolo que consta de tres partes: extracción, amplificación y análisis. «La parte de análisis de las muestras consiste en los procesos de laboratorio que nos permiten obtener el ADN de las células que se encuentran en los fluidos y restos orgánicos del cuerpo humano», destaca la experta.
A continuación, dicha muestra se «amplifica» para que pueda analizarse. «Este ADN extraído en su cantidad natural es insuficiente para su análisis, por lo que es necesario incrementar el número de copias con el fin de poder visualizarlo. La parte del análisis es la última del proceso y permite visualizar y establecer las variantes de los marcadores analizados para cada una de las muestras», añade Gorostiza.
Jack el Destripador sembró el terror entre los habitantes de uno de los barrios más pobres de Londres
Estas pequeñas porciones de ADN suelen ser de tres tipos diferentes: una «huella o perfil genético», un ADN mitocondrial o un «cromosoma Y». Cada una de ellas permite, además, la comparación con una parte determinada de los miembros de una familia. «Los análisis genéticos que se realizan habitualmente en Genética Forense son tres: una identificación individual (a través de la huella o perfil genético), un análisis de la línea materna (a través del marcador ADN mitocondrial) o un análisis de la línea paterna (a través del marcador “cromosoma Y”). Además pueden hacerse otros análisis que nos den información del aspecto físico de la persona o de su origen geográfico», señala la experta a este periódico.
En cualquier caso, y como determina Gorostiza, estos «marcadores genéticos» sólo permiten relacionar a dos sujetos y señalar si son parientes, pero tienen sus limitaciones: «Asocian a los individuos por parentesco por vía materna o paterna, pero no nos dicen la relación exacta, es decir, nos dirían que dos hombres están emparentados por vía paterna, pero no si son hermanos, padre e hijo, o abuelo y nieto».
La antigüedad no es un problema
Con todo, y a pesar de las explicaciones de Edwards, las críticas sobre las pruebas genéticas realizadas al chal se han empezado a escuchar entre los interesados en el
misterio de Jack el Destripador. Muchos, por ejemplo, han puesto en duda que puedan hallarse restos de ADN en una prenda de vestir
con más de 125 años de antigüedad
En cambio, Gorostiza no está de acuerdo con dichos ataques: «
Por supuesto que es posible hallar restos orgánicos en una prenda que no se haya lavado. Las células permanecen en ese soporte y pueden recuperarse. El
ADN en determinadas condiciones puede conservarse y
ser utilizado para realizar un análisis. Prendas de ropa que habitualmente se conservan en lugares secos en los que no les da la luz son una buena base para obtener ADN en buenas condiciones».
A su vez, la experta señala que el protocolo para estudiar los restos hallados en una prenda con tantos años a sus espaldas es similar al que se utiliza cuando éstos no son tan antiguos. «El proceso de análisis sería
exactamente el mismo que con una muestra fresca, a excepción de algunas precauciones a causa de la
antigüedad y características de la muestra. Por ejemplo, una muestra antigua estará en unas condiciones distintas a una muestra fresca; es importante tenerlo en cuenta a la hora de realizar los distintos pasos del análisis de la misma con el fin de optimizar los resultados», destaca Gorostiza.
La única salvedad es que las muestras más antiguas se tratan con más precaución. «Se toman precauciones para evitar contaminaciones (o identificarlas en caso de que se produzcan) y se utilizan protocolos de trabajo estandarizados. Hemos de tener en cuenta que son muestras que deberían considerarse críticas,
pero los resultados podrían perfectamente ser correctos. De cualquier modo hay que considerar parámetros como no procesar a la vez las muestras de los familiares a comparar con las muestras críticas, por ejemplo, pero estas precauciones son ampliamente conocidas por los
laboratorios que trabajan en este ámbito», completa la doctora.
Ni con la lavadora
Los más desconfiados también afirman que es extraño que la prenda no se haya lavado en los 125 años que han pasado desde el asesinato, preservándose así las muestras de sangre y semen de Aaron Kosminski. No obstante, y tal y como señala la Doctora, incluso aunque se hubiera limpiado esta prenda sería posible –con un poco de suerte- hallar restos genéticos del asesino en ella.
«En caso de haberse lavado, los restos biológicos probablemente se habrían perdido en su mayoría. Podría llevarse a cabo la prueba y no obtener ningún resultado,
pero también hacerla y sí tenerlos. Dependería de muchos factores, entre ellos de la naturaleza de los restos, de la cantidad de material biológico que quedara en la tela, del tipo de lavado y de secado, de si se hubiera puesto al sol o no, etc. Son múltiples los factores que afectarían», afirma Gorostiza.
Por todo ello, la experta considera que las pruebas son perfectamente válidas. Eso sí, siempre que se hayan realizado de la forma en la que han sido explicadas por la prensa: «En principio no tengo razones para no creer en la veracidad de los resultados, pero desde luego, antes de emitir una opinión o aceptar en su totalidad los análisis, tendría que revisarlos. La única información que he recibido es la difundida por la prensa, tanto nacional como internacional».
Una curiosidad sobre los análisis de ADN: ¿qué es un marcador de ADN mitocondrial?
M.P.V.Madrid
«El ADN mitocondrial es un marcador específico de línea materna compartido por todos los individuos de una misma línea femenina. Todos los descendientes de una misma mujer lo comparten, pero únicamente las mujeres lo transmiten. Es decir, un hermano y una hermana comparten la variante de su madre y de su abuela materna, también con sus tías hermanas de su madre y sus primas hijas de esta. La hermana transmitirá esa variante de ADN mitocondrial a sus hijos e hijas, pero en cambio en el hermano el linaje quedará interrumpido, puesto que el que se heredará en sus descendientes será el de su pareja reproductora. Este marcador nos permite asociar a los individuos por parentesco por vía materna cuando tienen una misma variante, pero no nos dice la relación exacta, es decir, nos diría que dos hombres o dos mujeres están emparentados por vía materna pero no si son hermanos, madre e hijo, o abuela y nieta»
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