Fernando Alonso ya se plantea la posibilidad de irse de Ferrari
Su situación en Maranello resulta casi insostenible y el anuncio de su salida podría estar próximo. Su prioridad ha sido Mercedes pero la opción de McLaren gana enteros.
DISTANCIAMIENTO. La relación actual del piloto asturiano con los responsables del equipo italiano es fría.Los rumores sobre la ruptura aumentan exponencialmente
Lo cierto es que el piloto se mantiene al margen de las especulaciones, pero tanto sus declaraciones como las de Marco Mattiacci tampoco ayudan a la calma.
Cinco años de Alonso con Ferrari: de la ilusión a la fricción
Tal día como hoy, en 2009, se anunciaba el fichaje del asturiano por la 'Scuderia', relación que arrancó como la seda y se empieza a tambalear.
En el que también se sumó el Santander, con el reciente fallecido Emilio Botín al frente. “Era el sueño de mi vida”, comentaba Fernando en aquella época. Y lo solía alternar con un: “acabaré mi carrera aquí”. Declaración de amor eterno. La ilusión intacta y un proyecto alentador por delante: convertirse en campeón con la ‘Scuderia’. La temporada comenzó con un doblete de los de Maranello en Bahrain. Victoria de Alonso y Massa detrás de él. Mejor imposible. Pero el año se fue torciendo… y el F10 no era tan buen coche como se creía. Red Bull era mejor mecánicamente, y pelearon con los italianos toda la temporada. Aun así, Alonso llegaba a Abu Dhabi con el título encarrilado. Lo tenía… La estrategia de Ferrari, sumado a Vitaly Petrov, más, la victoria del ‘tapado’ Vettel, le daban el título al alemán. Una pesadilla.
La confianza se vio tocada, pero era sólo el primer año. Con los recuerdos de Yas Marina en la cabeza, arrancaba la temporada 2011. En Maranello habían diseñado el F 150º Italia para revertir lo sucedido en 2010 y vencer a Red Bull. Nada. Fue imposible. El bólido rojo fue incapaz de luchar. Vettel bicampeón. Sin embargo, en medio de una temporada para olvidar, Alonso y Ferrari alargaban su contrato hasta 2016. Volvía otra vez el discurso: “Ferrari será el último equipo de mi carrera”.
Y en 2012, Alonso sacó su varita. La magia de hacer volar a un F 2012 que, otra vez, era inferior a Red Bull. E incluso a McLaren. El año empezó difícil para los ferraristas con un quinto puesto del astur en Australia. Emulando a su compatriota Pelayo, Fernando inició la reconquista. Con toda la rabia de 5 años sin lograr el Mundial. Ganando una carrera que nadie olvidará en Valencia. Saliendo desde el undécimo puesto. Otro milagro. La calificó como “la mejor victoria de su vida”. La alzó al primer puesto de la general. Siguió aumentando su ventaja y en Hungría era líder con 40 puntos de ventaja sobre Webber. Luego llegó Spa y Grosjean embistiéndole. También Suzuka y el toque con Raikkonen que le dejaba fuera. Y, sobre todo, un Red Bull superior sumado a un Vettel demoledor. Perdió el liderato… pero quedaba Interlagos. El casi… y aquella mirada de Alonso dentro del caso. Inolvidable. Lo había hecho todo pero, una vez más, él no era el campeón.
El desgaste se iba acumulando. El 2013 fue casi un calco del 2011. Red Bull y Vettel muy superiores; Alonso y Ferrari incapaces de toserles. Consiguió aun así otro subcampeonato. El tercero con los italianos. Como el murmullo del público Bernabéu agotado de que el Real Madrid juegue mal, Alonso empezaba a cansarse de promesas rotas. Si en 2014 no llegaban resultados, la cosa podría cambiar. Y en esas estamos. Otro año en el que no se le permite luchar. Otra vez que languidece y pierde la ilusión. “Quiero ganar. Y punto. Y si es con Ferrari mejor” dijo Alonso en el GP de Italia. En Monza, la casa de la ‘Scuderia’. El discurso ha cambiado, y al igual que en aquel 30 de septiembre, los rumores crecen en torno a su futuro. De la ilusión a la fricción. El amor no dura para siempre; dicen...
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Se cumple un lustro del anuncio del fichaje de Alonso por Ferrari
Cinco años de un sueño que muta a pesadilla
Fernando esperaba ampliar su cuenta de mundiales pero, de momento, se tiene que conformar con tres subcampeonatos y un cuarto puestoLos rumores sobre su salida son continuos tras el nuevo fiasco de Ferrari este año
El aterrizaje de Fernando Alonso a Ferrari fue peor que un parto. Cualquier movimiento en la Fórmula 1 acercaba al piloto asturiano a la 'Scuderia' tras su tortuoso paso, primero por McLaren, y después en Renault. Pero un 30 de septiembre de 2009, Ferrari hizo por fin el anuncio: Fernando Alonso firmaba por el equipo italiano por tres temporadas. El secreto a voces se hacía oficial.
Fernando Alonso se convertía en el segundo español que pilotaba para la escudería más mítica del automovilismo y el asturiano no ocultaba que al fin había "cumplido un sueño". El Banco Santander también se sumó a la alianza con su presidente, Emilio Botín, recientemente fallecido, a la cabeza.
El binomio Ferrari-Alonso había nacido e, incluso, Fernando afirmaba que la 'Scuderia' sería el último equipo de su carrera deportiva. Era evidente que el éxito de la nueva dupla estaba asegurado. El mejor piloto de la parrilla se unía al equipo más emblemático. Pero cinco años después el sueño de Alonso se está convirtiendo en pesadilla.
El éxito de la nueva dupla estaba asegurado pero cinco años después el sueño de Alonso se está convirtiendo en pesadilla
Y es que Fernando, bicampeón del mundo de Fórmula 1, esperaba ampliar su cuenta de títulos mundiales en Ferrari y convertirse en una leyenda de este deporte. Pero nada más lejos de la realidad. Alonso lleva ya cinco temporadas vestido de rojo y aún no ha podido catar otro campeonato del mundo. Tres subcampeonatos y un cuarto puesto es su bagaje en Ferrari. También es cierto que, a los problemas de Ferrari, se unieron la aparición de un magnífico coche como el Red Bull y un piloto de la talla de Sebastian Vettel.Lo cierto es que el español ha estado muy cerca saborear la gloria en Ferrari dos veces. El primer año (2010) perdió el Mundial en Abu Dabi tras una carrera para olvidar detrás de Vitaly Petrov tras una errónea parada en boxes. El título se fue para Sebastian Vettel por sólo cuatro puntos y el alemán iniciaba una racha de Mundiales que se detendrá este año. Aún así, Alonso sumó cinco victorias en su estreno en Ferrari y subió otras cinco veces más al podio.
En 2012 Fernando Alonso se quedó aún más cerca de su tercera corona mundial. Brasil era el escenario de la batalla final y Vettel volvió a llevarse el gato al agua a pesar de la lluvia y de un toque con Bruno Senna al comienzo de la prueba que le dañó su Red Bull. Alonso se quedó a tres puntos del tricampeonato pero consiguió tres triunfos y diez podios.
Alonso ha conseguido 11 victorias y ha subido 31 veces al podio en cuatro temporadas y media en Ferrari
En 2011 (una victoria y 9 podios) y 2013 (dos triunfos y 7 podios) la historia de Alonso en el Mundial fue para olvidar. El bajo rendimiento de su monoplaza hizo que se quedará lejísimos de Vettel aunque el año pasado le dio para lograr el subcampeonato de nuevo.Esta temporada el título mundial vuelve a estar imposible y Alonso no ha logrado todavía ganar una carrera. Los rumores sobre la posible salida de Alonso de Ferrari son constantes. Fernando quiere ganar y talento no le falta. Prefiere hacerlo con la 'Scuderia' pero si no puede ser en Ferrari, lo quiere hacer en otro sitio. Su salida es muy complicada aunque todo puede pasar. Veremos qué ocurre.
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Nunca un equipo alemán ha logrado el título de constructores antes
Primer 'match point' para Mercedes
Necesitan el doblete y que Red Bull logre menos de tres puntosEl equipo de la estrella podría proclamarse ya en circuito de Suzuka campeón del mundo de constructores. Las posibilidades son bastante remotas pero no imposibles. De lograrlo, Mercedes se convertiría en el primer equipo alemán en alzarse con el título de marcas.
Para ello, Rosberg y Hamilton deben acabar primero y segundo, opción más que factible, ya que han conseguido hasta cinco dobletes en lo que va de temporada (Malasia, Barhein, España, Mónaco y Austria). En caso de lograr estas dos primeras posiciones, la pelota estaría en el tejado de los Red Bull. Si uno de los monoplazas no puntúa y su compañero termina noveno o décimo, es decir, logra uno o dos puntos, el campeonato de constructores sería para Mercedes.
Además de lograrlo con una gran superioridad y cuatro pruebas antes del término del campeonato, este título tiene un valor añadido por ser el primer equipo alemán en conseguirlo. A lo largo de la historia ninguna marca germano se alzó con el título, tan sólo equipos británicos, 33 títulos con diez escuderías diferentes, italianos; 16 títulos, todos con Ferrari, austríacos; los cuatro de Red Bull, y franceses, dos de Renault y otro de la escudería Matra en 1969.
Las estadísticas revelan que si Mercedes logra el campeonato del mundo de constructores, tiene un 83% de posibilidades de que alguno de sus pilotos logre el suyo propio. De los 55 equipos que han ganado el campeonato de marcas, en 46 ocasiones alguno de sus pilotos se llevó también el Mundial. Sin ir más lejos, desde al año 2000, solo una vez ocurrió que el campeonato de constructores y el de pilotos no coincidieran. Fue en 2008 cuando Hamilton logró el Mundial con Mclaren y Ferrari, gracias entonces a Massa y Räikkönen, el de marcas.
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Se cumplen 20 años del fatídico accidente de Senna
Dos décadas sin el número 1
Senna perdió la vida el 1 de mayo de 1994 en Imola en el peor fin de semana de la historia de la F1
Un día antes murió Roland Ratzenberger y a punto estuvo de hacerlo Barrichello
Su muerte -la última hasta la fecha- sirvió para que se reforzara la seguridad en los circuitos
Sin duda, aquel 1 de mayo de 1994 quedará marcado, posiblemente, como el día más triste en la historia de la Fórmula 1. Ayrton Senna, la estrella del momento y uno de los más grandes de todos los tiempos -si no el mejor- perdía la vida durante la carrera del Gran Premio más negro jamás recordado. Fue el final de un piloto y el principio de una leyenda eterna. El epílogo a un fin de semana fatídico. Porque todo lo que rodeó a aquel GP de San Marino parecía escrito por la propia Muerte o ser un guión que recuerda a la famosa saga cinematográfica ‘Destino Final’.
Todo empezó con el accidente de un joven Rubens Barrichello durante la primera de las sesiones de calificación disputada el viernes. Perdió el control de su monoplaza a más de 200km/h en Variante Bassa. Su coche salió por los aires y acabó estrellándose contra la valla protectora para acabar dando varias vueltas de campana. Barrichello perdió el conocimiento. Por fortuna, todo quedó en un susto, aunque no pudo correr ese fin de semana. Senna, que era el ídolo de Rubens, demostró una vez más su preocupación cada vez que había un accidente. Eran sus rivales, pero también sus compañeros. Como no le pasó nada, el Gran Premio siguió su curso, aunque empezaba a crearse en el ambiente una atmósfera negativa de la que Senna no fue una excepción.El sábado se confirmó durante la segunda sesión de calificación. El debutante aquel año Roland Ratzenberger también perdió el control de su Simtek S941-Ford debido a la rotura en la recta del deflector delantero que le privó de apoyo en el tren anterior en la rápida curva Gilles Villeneuve. Ratzenberger se estrelló a unos 280 km/h contra el muro de protección. Una rueda delantera se desprendió y lo golpeó en la cabeza. Tras practicarle el masaje cardiaco, fue trasladado de urgencia al hospital, pero las heridas cerebrales que sufrió solo pudieron confirmar su muerte horas después.
Aquel fue el segundo aviso para una carrera que nunca debió disputarse. El miedo se instaló en el cuerpo de los pilotos. Muchos lloraron la pérdida de un compañero, entre ellos Senna. El brasileño quiso ver ‘in situ’ a Ratzenberger y le pidió a un comisario que lo llevara hasta el lugar en el que lo atendían. Al observar la magnitud del accidente, no pudo contener las lágrimas.
Se decidió continuar con el fin de semana, pero algo ya no iba bien en el interior de Senna. Los que lo conocían lo sabían. Tenía un comportamiento extraño, diferente. Por radio había mandado un sorprendente mensaje a su archienemigo Prost, que iba a comentar la carrera para una cadena de televisión: «Un saludo especial para mi querido amigo Alain. Te echo en falta Alain». Lo vieron muy pensativo, a ratos ausente. Incluso antes de la carrera, en la parrilla de salida -donde salía desde la pole- se le pudo ver así dentro del coche. No era cara de concentración. A su novia le había llegado a decir que no quería correr, pero que tenía que hacerlo. Lo mismo le contestó al médico del campeonato y amigo personal, Sid Watkins, quien intentó convencerlo de que no corriera.
El semáforo se puso en verde y llegó el tercer aviso. El Benetton del finlandés Jyrki Jarvilehto se caló en la salida y aunque varios pilotos lo pudieron esquivar, al final el portugués Pedro Lamy no pudo hacerlo. La colisión fue bastante fuerte, lo suficiente para que varias piezas saltaran por los aires e hirieran a gente que estaba en las gradas. Entonces salió el coche de seguridad, que era la segunda vez que se usaba en la Fórmula 1. Hoy en día se trata de un coche potente, pero en aquellos inicios se trataba casi de un utilitario. Senna, que comandaba la carrera, lo adelantaba casi sin pisar el acelerador, lo que le sacó de sus casillas como bien muestran las imágenes ‘on board’.
Tras varias vueltas, la carrera se relanzó y Senna pisó a fondo el acelerador. Durante dos giros más siguió al frente hasta que perdió la trazada de la curva Tamburello y se chocó brutalmente contra el muro a más de 300 km/h. El Williams salió despedido y se pudo ver a Senna dentro del cockpit inmóvil. Después de lo visto todo el fin de semana nadie pensó en nada positivo. Enseguida llegaron los servicios médicos, que lo sacaron del coche. Se le practicó allí mismo una traqueotomía. El helicóptero médico llegó al circuito y el cuerpo de Senna fue trasladado al Hospital Maggiore de Bolonia, donde horas después se certificó la muerte. Ayrton tenía la ilusión de ganar aquella carrera y dedicársela a Ratzenberger. Lo prueba el que una de las enfermeras encontró su mono una bandera austriaca que pretendía ondear.
Las causas de su fallecimiento nunca quedaron del todo claras, algo que llena de mayor misticismo toda la vida del genial piloto brasileño. No obstante, la versión más extendida es la de que la barra de dirección de su Williams se rompió en el momento de tomar la curva. Ayrton intentó rectificar, pero no hubo manera y el coche se fue recto. La mala suerte quiso que, además, tras el impacto una de las ruedas le golpeara la cabeza y que uno de los fragmentos de la barra de suspensión le traspasara el casco y le entrara por el cráneo. Si esto no hubiera ocurrido, seguramente habría salvado la vida.
Su muerte impactó al todo el mundo. Como tituló MARCA al día siguiente, la Fórmula perdió el 1. La figura más relevante de su deporte y uno de los deportistas más carismáticos del mundo se había ido de forma trágica. En Brasil, donde era un ídolo de masas, se lloró sin parar. Muestra de ello fue su entierro, con honores de Jefe de Estado. También sirvió para algo. Para que el Gran Circo tomara nota de que cosas así no podía volver a ocurrir. La seguridad en la Fórmula 1 cambió por completo y gracias a ello y hasta la fecha no se han vuelto a producir la muerte de ningún piloto. Senna fue el último. Ahora los protege a todos desde el cielo.
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