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lunes, 4 de noviembre de 2013

Tutankamón murió en un «accidente de tráfico»

Una nueva investigación arroja sorprendente luz acerca de la misteriosa muerte del faraón, al tiempo que apunta a que su momia sufrió una combustión espontánea

Radiografía de la rodilla de Tutankamón que muestra la fractura en su rodilla que se produjo antes de la muerte
 Radiografía de la rodilla de Tutankamón que muestra la fractura en su rodilla que se produjo antes de la muerte
 
El doctor Chris Naunton, director de la Sociedad de Exploración de Egipto, acaba de dar a conocer los resultados de su última investigación sobre la muerte de Tutankamón y las principales conclusiones resultan sorprendentes.
En primer lugar, que el faraón habría muerto en un accidente «de tráfico» y en segundo, que su cuerpo sufrió una combustión espontánea después de ser embalsamado.
Con respecto al fin del misterio que rodea el fallecimiento, Naunton ha trabajado con el Cranfield Forensic Institute, especializados en accidentes tráfico y que recrean por ordenador simulaciones de accidentes entre carros. Realizaron una «autopsia virtual» y hallaron que lesiones en un lado de su cuerpo se correspondían con uno de estos accidentes.
En concreto, con que un carro atropellara al faraón mientras estaba de rodillas, rompiéndole las costillas y la pelvis, y aplastando su corazón. De este modo, la investigación también arroja luz a otro de los misterios de la momia, el de por qué era la única de un faraón que no conservaba el corazón.

Combustión espontánea

Con respecto al enigma de la momia quemada, Naunton apunta a que la pista fundamental se encontraba en un trozo de carne del faraón descubierto entre los huesos de la oficina de Robert Connolly, antropólogo de la Universidad de Liverpool, miembro del equipo que radiografió los restos de Tutankamón en 1968.
Connolly trabajó con la arqueóloga forense Matthew Ponting, se utilizó un microscopio electrónico de barrido, que determinó que la carne había sido quemada. Esta investigación ha realizado una serie de análisis químicos posteriores, que confirmaon que el cuerpo de Tutankamón se incendió mientras estaban sellando el ataúd.
Al parecer, los aceites de embalsamamiento combinados con el oxígeno y el lino causó una reacción química que «cocinó» el cuerpo del rey a temperaturas de más de 200 grados centígrados. Los hallazgos de que la «carbonización y la posibilidad de que una momificación fallida llevaran el cuerpo a una combustión espontánea poco después del entierro fue totalmente inesperado, algo así como una revelación», ha afirmado Naunton, cuyos trabajos ven la luz en un documental que se presentará la próxima semana en la cadena británica Channel 4.

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