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lunes, 4 de noviembre de 2013

Alonso tuvo que soportar fuerzas de 28G en su columna

Fue sometido a diversas pruebas médicas
Fernando Alonso se despidió de Raúl y Michel Salgado tras una animada charla en el hospitality de Ferrari. Rememoraban el tremendo adelantamiento del español tras salir de su segundo pit stop emparejado con Vergne. "Ha evitado un accidente grande", reconocía el galo, que tuvo que explicar la acción junto a Fernando ante los comisarios.


Incidente de carrera, fue la valoración final de una maniobra tan valiente como espectacular, aunque no le salió gratis al español colarse por el ojo de una aguja por donde no hay asfalto firme. "Tengo todos los dientes aún, pero me duele la espalda por el tremendo bote que he dado", reconoció Fernando, que no tendrá problemas para correr en Austin dentro de 15 días.
Aún así, tuvo que visitar el hospital para realizarse un chequeo médico que pasó sin mayores problemas. Al coche le saltó hasta el testigo de emergencia externo que se activa en caso de una deceleración fuerte, medida en G, para que los comisarios sepan a simple vista si el impacto de un coche ha sido fuerte. El de Fernando fue de 28 G, es decir, 28 veces la fuerza de la gravedad. Es un sensor instalado por la FIA de forma obligatoria en todos los coches, con el objeto de proteger la seguridad de los pilotos en caso de accidente.
"El reglamento es claro, yo estaba emparejado con él y tiene que dejar espacio, pero me arrinconó fuera porque no me vio y yo no soy invisible, por algún lado tengo que ir", explicó, el español. "Me ha echado de la pista", decía rotundo tras bajar del coche.
Los comisarios revisaron la telemetría y dejaron zanjado el asunto cuando vieron que Alonso era más rápido en ese momento sobre neumáticos blandos y que tenía ventaja en la acción, que nadie pudo evitarlo y que Alonso no tomó ventaja de la acción.
Fue cuestión de testiculina, mayormente, entre chispas, rebotes y acongoje general a altísima velocidad. Massa, que venía detrás del francés, pareció asustarse al ver lo delicado del episodio. En la siguiente frenada se pasó de largo, como pensando todavía en lo que acababa de suceder.
Compromiso
"La gente lleva toda mi carrera pidiéndome un extra y trato de darles ese extra cada carrera", decía el español. "He hecho mi trabajo, lograr muchos puntos y quedar por delante de un Mercedes y un Lotus para intentar ser segundos".
El orgullo extra es que con un coche que pelea por no ser cuarto y que previsiblemente acabe tercero, el español va a ser subcampeón del mundo a poco que termine las dos carreras que quedan. "Creo que la ventaja de 34 puntos es buena, y dentro de la tristeza general por no pelear por el título, el campeonato es muy bueno”.
Será la tercera vez que Alonso es subcampeón en su carrera, las tres siempre por detrás de Sebastian Vettel.

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