Sebastian Vettel, en el circuito de Suzuka
Ha tenido que rechazar Fernando Alonso un sinfín de ofertas nada más cruzar el mar de Japón en el puente aéreo de Seúl a Suzuka.
Desde que desveló su afinidad por la cultura de los samuráis, por la literatura nipona y sus tradiciones ancestrales, el piloto español recibe proposiciones en su oficina para acudir a promociones, eventos y saraos de todo tipo en el país del sol naciente. Está a punto de arrimar Vettel el cuarto título a su palmarés, pero hasta que llegue la carrera del domingo Alonso está disfrutando de la hospitalidad japonesa. Lo saludan banderas, bufandas y camisetas con símbolos samurái y él responde en Twitter en lenguaje autóctono. No hay historia en la Fórmula 1. El campeonato será para Vettel y el segundo puesto pretende Alonso que sea suyo.
Sebastian vettel, vencedor de ocho grandes premios durante 2013, trata de suavizar su hegemonía y la de su coche sobre la Fórmula 1 al aterrizar en Suzuka. Juega su primera bola de partido con 77 puntos de ventaja frente a Alonso y puede cantar el alirón si gana el domingo y el asturiano es noveno o peor clasificado. A Vettel ya le preguntan por Michael Schumacher, por su incontestable gobierno de cinco años a comienzo de siglo, por la superioridad insultante que han demostrado ambos. Y el teutón calma a las masas: "Bueno, Schumacher ganaba con treinta segundos o un minuto de diferencia. Yo lo hago con tres o cuatro segundos".
No hay otro pronóstico a la vista que la victoria de Vettel en las "eses" de Suzuka (el circuito es célebre por su cadena de curvas en forma de serpiente). Ha vencido cuatro de las últimas cinco ediciones y lleva cuatro triunfos consecutivos desde el verano (Bélgica, Italia, Singapur y Corea). El viento sopla a su favor, pero él limita la euforia. "Nunca es fácil para nadie llegar al límite en la Fórmula 1, sea yo con el Red Bull o Charles Pic con el Caterham".
Si Vettel logra su objetivo y se proclama campeón este fin de semana, igualará el contenido deportivo de una leyenda de la Fórmula 1. Alain Prost, el "Profesor" francés, obtuvo cuatro títulos (1985, 1986, 1989 y 1993), el último con 38 años. Vettel tiene 26.
Antes del Gran Premio de Corea, Alonso evocaba a la Copa América de vela como argumento para sostener sus opciones en el tramo final del campeonato. Recordaba que los americanos del Oracle perdían 8-1 y remontaron 9-8 para adjudicarse la victoria. Después de Corea y al calor de sus incondicionales samuráis, ya habla en pasado respecto al Mundial 2013 y con vistas al futuro en 2014. "Vettel ha rozado la perfección. Cuando se terminan las posibilidades de ganar el campeonato, es más difícil motivarse, sin duda. Pero estamos luchando por el segundo puesto, aunque obviamente no es un objetivo feliz. Es muy importante para el equipo mejorar su posición en el Mundial de Constructores". Ahora Ferrari es segundo detrás de Red Bull.
Le ocupa ahora al ovetense la panorámica de 2014, el cambio brutal de normativa que limita de alguna manera la aerodinámica de los coches y, según parece, potencia a los motores. Le preguntaron por Raikkonen en Suzuka y Alonso habló del coche, el verdadero punto nuclear en cualquier estrategia que quiera diseñar Ferrari. "Para el próximo año, con Kimi Raikkonen podemos hacer un gran campeonato en Ferrari e intentar sumar los máximos puntos posibles. Felipe Massa es tan rápido como Kimi, y si obtenemos un coche competitivo disfrutaremos de una gran temporada. Pero si no tenemos un coche competitivo, el próximo año será como éste".
Para Alonso, la mezcla Vettel-Red Bull ahora mismo es "una gran combinación" y "demasiado" para el equipo Ferrari. "Es verdad que ha tenido ventaja en cuanto al rendimiento del coche durante estos años, pero estamos viendo lo bueno que es conforme va avanzando su carrera. Ahora mismo es mejor que cualquiera y está ganando todos los Grandes Premios".
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