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sábado, 17 de diciembre de 2016

Mick Doohan, el retorno más triunfal del motociclismo

Mick Doohan, el retorno más triunfal del motociclismo
Seis años después de que los médicos holandeses sugiriesen amputar la pierna derecha a Mick Doohan, el australiano ganó cinco títulos de 500 de manera consecutiva. Esta es la historia del retorno más triunfal de la historia del motociclismo, justo dos décadas después de su inicio.




Esta es la desgarradora historia de cómo Mick Doohan luchó contra la lesión que debería haber sido el final de su carrera y que terminó con el dominio de la categoría más dura del motociclismo.
La recuperación del australiano tras su accidente en Assen el 26 de junio de 1992 es material de leyenda. Durante los días, semanas y meses que siguieron al accidente mostró una resistencia numantina a rendirse, una capacidad sobrehumana para seguir centrado en una meta que parecía imposible y una capacidad casi de miedo para tolerar el dolor. Y todo esto sin el menor signo de autocompasión. «La culpa es solo tuya y a nadie más le importa», dice Doohan, tan directo como siempre. «Así que sólo tienes que tirar para adelante».
Esperando a la ambulancia pensaba en cómo volver a correr cuanto antes.
Lo peor de todo es que, ninguno de estos actos heroícos habría sido necesario si un médico holandés no hubiera frustrado la operación para reparar el destrozo en su pierna derecha. Ahora, dos décadas después, Doohan revela que cree que el médico actuó así como venganza…Doohan y su Honda NSR500 estaban volando alto en 1992. Cuando el circo llegó a Assen lideraba el Mundial con 53 puntos de ventaja sobre Kevin Schwantz y tenía opciones de finiquitar el campeonato a falta de cuatro carreras. Por aquel entonces, Assen era la pista más difícil del calendario y el TT Holandés de 1992 se cobró varias víctimas: Doohan, Schwantz, Lawson y Gardner, entre otros.
Doohan tuvo una pequeña caída durante los segundos entrenamientos libres, y después corrió un par de kilómetros para volver a los boxes, donde el médico local del circuito insistió en que se quitara el mono para hacerle un chequeo. «Simplemente corrí diez minutos con el equipo puesto y sobreviví», recuerda. «Era un capullo integral». Pero este conflicto tendría consecuencias enormes.
Al día siguiente Doohan se cayó de nuevo -posiblemente había algún líquido dejado por otra moto- y sufrió una fractura distal con desplazamiento de su tibia derecha. Mientras estaba ahí tirado, sintiendo los huesos rotos rechinando unos con otros, su primer pensamiento fue sobre el campeonato. «Estaba pensando, cómo podría volver a subirme a la moto, cuál sería la solución más rápida».

 

En la camilla de la Clínica Mobile discutió las opciones con el Dr. Claudio Costa y otros médicos, incluido el doctor del circuito. No sorprendió que Mick eligiera la opción que, en teoría, le llevaría menos tiempo para subirse a la moto: reparar la lesión esa misma tarde. «Le pregunté a mi “colega”, el médico local, quién era el mejor cirujano ortopédico en Holanda. Su respuesta fue: “todos hemos ido a la misma universidad, así que todos somos igual de buenos”. Me pareció una respuesta extraña, pero aun así decidí seguir adelante con él. Y fue una mala elección».
La primera controversia es que el médico decidió usar placas y tornillos para fijar la lesión en lugar de un clavo, y administró a Doohan anestesia epidural en lugar de anestesia general. «Durante la operación podía sentir la fuerza de las herramientas hurgando en mis huesos, así que pedí que me durmieran entero». Y ahí fue cuando todo empezó a ir realmente mal. Durante horas la pierna de Doohan sufrió síndrome compartimental, la presión subió tanto que tuvo cortes de circulación sanguínea, y los resultados podrían ser potencialmente desastrosos. «Cuando Costa vino a verme a la mañana siguiente me preguntó si podía sentir mis dedos y no podía, así que sabía que algo no iba bien».
Doohan tuvo que entrar de nuevo en el quirófano. «A partir de ahí todo se fue complicando más y más. Me abrieron la pierna desde la parte posterior de la rodilla hasta el tobillo y la parte superior del pie hasta los dedos. La herida en la parte posterior de la pierna se hinchó más de 10 centímetros. Yo sabía que lo que estaba pasando no era el mejor escenario para volver a subirme en la moto.
De verdad creo que el médico que me operó quería terminar con mi carrera. Le oí decir a Schwantz (también hospitalizado ese fin de semana) que no sentía simpatía por nosotros, los pilotos, porque nuestras lesiones son auto provocadas». Y no hay duda de que el tratamiento médico que Doohan recibió en Assen fue horrible. «Tuve que pedir que me cambiaran los vendajes porque mi pierna empezaba a oler a carne podrida. El doctor estuvo hablando con Costa y empezaron a discutir cuando el doctor dijo que tendría que amputarme la pierna si no mejoraba en las siguientes 24 horas».
El doctor que me operó decía que nuestras lesiones eran autoinfligidas

Tras la discusión el médico holandés volvió a la cama de Doohan bastante agitado y arrancó los vendajes sucios, llevándose con ellos muchos trozos de carne… «La verdad es que ahí pasé bastante miedo», dice Doohan. «Luego tuvieron que coser de nuevo la carne y ponerme un par de bolsas de sangre». Costa, que no tenía permiso para ejercer en el hospital holandés, sabía que no había más tiempo que perder. Reservó un avión medicalizado y voló con Doohan y Schwantz a su clínica en Italia.
«Fue un alivio poder salir de allí; era un mal sitio. Costa estaba preocupado porque mi nivel de sangre había bajado tanto (en un intento desesperado de mejorar la circulación) que mis órganos internos estaban en riesgo de colapsarse. Esa fue la primera barrera que tenía que salvar, volver a estabilizar mis constantes, después ya podría ver qué hacer con mi pierna ».
Fue un periodo muy oscuro, porque no podía entender el italiano, Costa no hablaba inglés y los otros doctores no decían nada. Pero yo seguía mirando hacia delante. También sabía que correr en moto tiene sus momentos bajos, por lo que tampoco me sorprendía encontrarme en esa situación. Supongo que era un poco ingenuo y no estaba dispuesto a aceptar que podía perder mi pierna y no volver a subirme en una moto jamás. Lo único que me mantenía con ganas es que quería volver a pista y tratar de mantener mi liderato en el Mundial».
Al principio Costa prescribió visitas diarias a la cámara hiperbárica para inducir oxígeno en la sangre de Doohan. Pero la pierna seguía muriéndose.
Empezaron a retirar piel negra hasta llegar a los tendenos. Ahí supe que sería una larga recuperación.
«Después de una semana vi que tenía una gran cantidad de piel muy negra. Los doctores cogieron un instrumento con forma de cuchara y empezaron a sacar piel hasta llegar a los tendones, los huesos y las placas metálicas con sus tornillos. Supongo que fue entonces cuando me di cuenta de que tenía por delante un largo camino para recuperarme. Pero todavía tenía ganas de seguir luchando».

Costa finalmente decidió que solo quedaba una opción: usar el riego sanguíneo de su pierna izquierda para mantener con vida la derecha. Así que le cosieron las dos piernas. «Puede parecer una barbaridad y no se había hecho hacía mucho tiempo. Normalmente, cuando lo habían hecho, habían atornillado las piernas para juntarlas, pero las enyesaron, porque atornillarlas no hubiera sido muy bueno en caso de un nuevo apuro. Para ser honesto, yo estaba un poco en estado de shock. Decía que sí a todo porque quería volver a subirme en mi moto. Pero ahora, mirando atrás, no hubiera cambiado nada. Trabajar para volver lo antes posible fue lo que me mantuvo en marcha, si yo hubiera estado sentado en el hospital durante seis meses habría dejado que mi cabeza pensara. Durante ese periodo se sucedieron las operaciones, ya he perdido la cuenta de cuántas fueron, y todas fueron muy largas. “Esta ha sido un éxito, pero no ha sido suficiente”, nunca lo eran».
Separaron sus piernas después de 14 días, y el objetivo era que estuviera listo para subirse en la moto en el GP de Brasil, solo ocho semanas después de Assen. Antes de llegar a Sao Paolo, la penúltima carrera, seguía contando con una ventaja de 22 puntos sobre Wayne Rainey.«Casi no podía caminar pero quería probar. Hice fisioterapia con Costa y me di unas vueltas con una Aprilia de calle en Imola, con muchísimo cuidado. Pensaba que si salía y cogía algún punto sería suficiente… Brasil fue un fin de semana brutal. Fue extremadamente difícil porque no tenía nada de sensibilidad de rodilla para abajo, con lo que mi pie podría salirse de la estribera y yo no me daría cuenta hasta que estuviera volando por los aires. Además, yo usaba mucho el freno trasero en la 500 y en mis condiciones era imposible hacerlo porque no tenía movimiento en mi tobillo. Simplemente di vueltas al circuito encima de la moto».
Aparte de su debilidad hubo otros problemas, la pierna estaba bastante infectada y sangraba. «Una noche me desperté y la pierna prácticamente había explotado debido a la infección. Todo ese pus rezumaba encima de la cama, así que Costa lo extrajo con una solución salina. Vertió un litro a través de un agujero, y como una gran olla en ebullición, lo enjuagó de nuevo para deshacerse de toda la mierda. Eso fue la noche antes de la carrera, y no fue nada agradable».
Doohan sufrió para acabar 12º en la carrera. Cualquier otro año habría sumado cuatro puntos, pero 1992 fue el año en el que solo puntuaban los diez primeros.

 

Después de la carrera Costa lloraba como un niño. Pero los pensamientos de Doohan estaban centrados en la carrera final de la temporada en Sudáfrica, solo dos semanas más tarde, donde podría defender su liderato de dos puntos. Regresó a la clínica de Costa para seguir con la fisioterapia, después cogió un avión hacia Kyalami. «Estaba mucho más fuerte y acabé sexto». Rainey terminó tercero y ganó el título por cuatro puntos. Cualquier otro año Doohan habría sido campeón después de haber ganado más carreras. «Me sentía como una mierda», dice, tan sincero como siempre.
Al menos ahora tenía el invierno por delante para recuperar su fuerza para 1993. Pero no fue tan sencillo… «El problema es que la pierna seguía infectada y el hueso estaba muy blando. Forcé mucho entrenando y el hueso empezó a colapsarse. Al comienzo de 1993 la pierna estaba bastante torcida. Además, sufrí una caída bastante fuerte entrenando en Eastern Creek y me golpeé la pierna con bastante violencia. Quizás eso la debilitó un poco más. Al final de 1992 tenía una angulación en la pierna de 20 grados, podías unir mi tobillo con la rodilla. ¡Eran tiempos salvajes! Pero además, seguía sin tener sensibilidad en la pierna. Entrenando en Phillip Island me “limé” medio dedo meñique del pie. Me llevó otros 12 meses tener algo de sensibilidad, nada parecido a lo normal pero al menos podía sentir mi pie sobre la estribera».
Seguro que alguna vez estuvo cerca de rendirse… «Sí, hubo momentos en los que pensaba qué demonios estaba haciendo. Pero quería pilotar y sabía que si volvía a recobrar la fuerza podría ganar, porque antes de la caída estaba dominando, con todos los pilotos buenos en pista. Por eso sabía que si podía recuperarme al 90 por ciento tendría una buena oportunidad de volver a ganar. Eso es lo que me mantenía luchando». Doohan dice que no sabe el porqué de su gran determinación. «Pienso que es más fácil esforzarse para terminar lo más alto que puedas, que ser feliz terminando segundo o tercero. Así, es más fácil empujarse a uno mismo».
Y eso es exactamente lo que hizo, a pesar de que estaba lejos del podio en las primeras carreras de 1993. Doohan no solo sufría porque su pierna estaba débil y floja, lo hacía porque seguía sin poder usar el freno trasero. En Suzuka tuvo una gran idea: ¿Por qué no diseñar un nuevo sistema de freno que pudiera operar con su pulgar izquierdo? La segunda vez que lo usó subió al podio y después ganó en Mugello. «Eso confirmó que no estaba loco por querer esforzarme para estar ahí. Unas carreras antes de eso Honda quería remplazarme con Eddie Lawson y que así tuviera tiempo para recuperarme, pero yo sentía que si estaba fuera seis meses o un año nunca podría volver. Mugello fue un buen subidón, porque si podía ganar así, sabía que definitivamente iba a estar bien cuando mi pierna estuviera más fuerte».
En Suzuka se me ocurrió, ¿por qué no hacer un freno trasero para el pulgar?
 

Pero sus subidas y bajadas estaban lejos de terminar. En Laguna Seca se cayó y se rompió un hombro, la caída fue motivada por el mismo problema que tuvo en Eastern Creek. «En vez de usar mis piernas, estaba usando demasiado la parte superior de mi cuerpo para hacer girar la moto. Básicamente me sujetaba a la moto con los muslos, y mis brazos hacían todo el trabajo. Era un reto pilotar de ese modo». Después de Laguna Seca, Doohan se quedó en California donde el renombrado cirujano, Kevin Louie, le colocó un fijador externo para poner recta su maltrecha pierna derecha. «Cuando empecé en febrero de 1994 podía girar la moto mucho mejor y desde ahí siempre fue a mejor. Seguía sin poder moverme sobre la moto como solía hacer, pero no quedaba mucho para que fuera capaz de compensar ese hecho».
El Dr. Kevin Louie quedó impresionado con la habilidad de su paciente para hacer frente al dolor. «Mick tomó muy poca medicación para el dolor, es casi sobrehumano», dice Louie. «Es como si reseteara su termostato del dolor». Doohan no cree que sea un superhombre. «Siento el dolor, de eso no hay duda. Y no soy el único en este deporte que ha corrido lesionado. Intentas dejarlo en la parte de atrás de tu mente. Se trata de determinación, si quieres hacer algo debes encontrar la manera de lograrlo. Si pudiera haberlo evitado tomándome una simple aspirina, lo habría hecho. Pero no quería que todas esas drogas me jodieran, que me dejaran colgado como cuando tomas esos medicamentos para el dolor o las pastillas para dormir. Esa es la razón principal por la que no tomaba analgésicos, no porque fuera un superhombre, simplemente porque quería estar mentalmente de nuevo en mi juego rápidamente».
En 1994 Doohan comenzó el campeonato paso a paso, pero ganó nueve carreras y el título con 143 puntos. A finales de 1998 había ganado cinco campeonatos del mundo en la categoría reina de manera consecutiva. Una marca solo igualada por Giacomo Agostini y Valentino Rossi. Y podría haber conseguido alguno más de no ser por otra fatal caída al inicio de la temporada 99 en Jerez, donde se volvió a destrozar su maltrecha pierna derecha… En ese momento supo que no había manera de seguir luchando. La carrera de uno de los pilotos más grandes de todos los tiempos y su increíble retorno, habían llegado a su fin.

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