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miércoles, 8 de noviembre de 2017

El 14º de Ángel Nieto y las órdenes de equipo

El 14º de Ángel Nieto y las órdenes de equipo
Emilio Alzamora conquistó el Mundial de 125cc en 1999 (Fotos: Gold & Goose)
El 12+1 logró su último título mundial gracias a una inolvidable orden de equipo.
Cuando se dice que Ángel Nieto es 12+1 veces campeón del mundo es inexacto. Es cierto, pero inexacto. Es verdad que el ‘Maestro’ conquistó 12+1 títulos sobre el asfalto, donde se retiró con la espina de no haber elevado la cuenta en uno más para no tener que convivir durante el resto de su vida con el número cuya triscaidecafobia le hacía odiar.

La realidad es que lo consiguió. Logró el ansiado título número 14. Desde el otro lado del muro, pero lo consiguió. Fue en la temporada 1999, como director del Vía Digital Team en el que militaban Emilio Alzamora y su hijo Ángel Nieto Junior, más conocido como ‘Gelete’. Era su segunda experiencia al otro lado después del Team Ducados Ángel Nieto que dirigió entre 1987 y 1988 justo tras retirarse.
En aquel 1999, la temporada había comenzado con Alzamora encadenando podios mientras Masao Azuma y Roberto Locatelli se repartían las victorias. Mediada la temporada, fue Marco Melandri el que empezó arrasar. No había ganado hasta la novena carrera, pero a partir de ahí encadenó tres seguidas –y ya apenas se bajaría del podio-, al tiempo que Azuma y Locatelli empezaban a flojear.
No así Alzamora, que a base de podios se mantenía en lo alto de la clasificación, acercándose cada vez más al título pese a no haber ganado. Quedaban sólo cuatro carreras y el de Lleida buscaba su primer triunfo del año en Phillip Island, encuadrado en un grupo cabecero con los principales protagonistas de aquella temporada en el octavo de litro.

Todo iba encaminado para el piloto español –que aspiraba a lograr su noveno podio del año-, hasta que el japonés Noboru ‘Nobby’ Ueda, que había arrancado desde la pole y que también buscaba su primer triunfo de una temporada en la que había pisado el cajón ya en cinco ocasiones, se fue al suelo y se llevó consigo a Alzamora.
Hasta ese momento, Alzamora no había acabado ninguna de las doce carreras restantes fuera del top 6. Con casi un minuto perdido, pudo levantar su Honda y reincorporarse a pista. Quedaban cuatro vueltas para el final y estaba en la 16ª posición, a más de 13 segundos del terceto formado por Ivan Goi, Kazuto Sakata y Gelete Nieto.
En el muro, Ángel Nieto no se lo pensó. En un campeonato tan apretado, cualquier punto valía oro. Así que, ni corto ni perezoso, se desgañitó desde el muro para pedirle a su propio hijo que se parase durante 15 segundos hasta que pasara Alzamora –también pasaron Alessandro Brannetti y su hermano Pablo Nieto-, siendo al final 18º en una carrera ganada por Melandri
Poco importaron esos tres puestos perdidos… y menos importarían cuatro semanas después en Argentina. El puntito regalado por Gelete acabaría siendo crucial, sobre todo después de que, una semana más tarde de aquello, Iván Goi tiraba a Alzamora y le causaba su primer cero del año, con Melandri haciendo tercero y poniéndose a diez puntos en la general.
En Brasil, mientras Álex Crivillé cruzaba el último Río del motociclismo, Alzamora acababa tercero por detrás de Ueda y Melandri; lo que le hacía llegar a Argentina con seis puntos respecto al italiano. Es decir, le bastaba con entrar justo detrás del joven italiano para proclamarse campeón.

El resto de la historia es de sobra conocida. Si Ángel Nieto se había dejado las cuerdas vocales pidiéndole a Gelete que parara, en el Autódromo Óscar Alfredo Gálvez de Buenos Aires estaba fuera de sí. El culpable no era otro que Melandri que, yendo escapado, ralentizó para esperar a Alzamora e intentó tirarle.
Una acción antideportiva que, por suerte, no tuvo recompensa. Alzamora aguantó encima de su Honda y Melandri acabó por desistir, ganando la carrera pero perdiendo el campeonato, que iría a parar a manos de Emilio Alzamora, que entraba en meta pegado al italiano para delirio de todos los componentes de su equipo, agolpados en la tettoia y que cambiaron el enfado por el éxtasis en apenas un minuto.
Entre ellos, un eufórico Ángel Nieto, que de esa forma añadía el título mundial número 14 a su impresionante palmarés, siendo en esa ocasión lujoso testigo del legado que él mismo había dejado. Alzamora se había proclamado campeón con 227 puntos por los 226 puntos de Melandri, que en caso de empate se hubiera llevado el título por más victorias.
De esos 227 puntos, el que a la postre cambió el signo de la historia fue el que le había regalado su compañero Gelete a raíz de las órdenes de equipo de Ángel, que a falta de cuatro carreras no dudó en parar al piloto que no tenía opciones de título –aunque fuera su propio hijo- para darle un puntito a Emilio. Un puntito de campeonato. Una orden de equipo que nadie cuestionó. Bueno, casi nadie...

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